La designación del nuevo comisario de Punta Arenas ha traído diversas reacciones, sobre todo en familiares de dos jóvenes aspirantes de Carabineros que fallecieron bajo el mando del oficial policial aludido.
Hace unos días se conoció la designación de Rodrigo Oakley Gazale, como el nuevo comisario de Punta Arenas, en reemplazo del mayor Hugo Jaque, actual jefe de la Primera Comisaría de Carabineros, esto fue confirmado por el general de Magallanes, Gonzalo de Alcázar: “Este es un proceso que se vive todos los años, conforme a los tiempos de permanencia en la zona, y el mayor Jaque al tener un muy buen desempeño, cumplió su tiempo de permanencia y todos los Carabineros lo hacemos, porque obedece a políticas a nivel nacional. El oficial que viene tiene experiencia y viene de Santiago con grado de mayor”.
Rechazo de Familias
Esta designación provocó rechazo y malestar en dos familias que perdieron a sus hijos estando bajo el mando del nuevo mayor que llegará a Punta Arenas a fin de año. En ese sentido, desde la ciudad de Chimbarongo, Idilia Vargas, madre de uno de los jóvenes fallecidos al interior de la Escuela de Carabineros, expresó su rechazo a que Oakley asuma como comisario en Punta Arenas.
“Me parece del mas alto riesgo para la comunidad que un asesino esté a cargo de la seguridad de la ciudadanía. Me parece irrisorio que después de haber asesinado a dos estudiantes de la Escuela de Carabineros y después de no haber cumplido ni un día de cárcel, que estén impunes, que se hayan burlado de la justicia, lo asciendan a comisario, no tengo palabras para decir el horror que me provoca saber esto”.
La madre de Julio Ignacio Ulloa Vargas, agregó que “nunca los involucrados se nos han acercado, solo el actual general director que nos invitó a una ceremonia donde colocaron sus nombres en unas salas, pero el caso se cerró, se archivó y se olvidó. La muerte de los niños no significó nada para ellos, solo intentaron minimizar los hechos, sin embargo los informes hablan de otra cosa”.
Con dolor, Idilia recuerda que “mi hijo agonizó por muchas horas, en la cancha primero y luego bajo un toldo con mucho calor y sin agua y ahí lo dejaron botado, convulsionando, nadie lo atendió y muchas otras cosas más que me enteré. Como madre no quisiera que le pase a otro. Mi hijo alcanzó a estar solo cinco días, era su sueño de niño entrar a Carabineros y en Navidad del 2010 le llegó como regalo que había quedado en Carabineros, pero las condiciones fueron horribles, no entiendo, mi hijo trabajó duro, se entrenó”.
Otra víctima
Por su parte, desde Chiloé, los padres de Sebastián Andrés Pinuer Barría, el otro postulante fallecido, también expresaron su rechazo a la llegada del oficial policial a un cargo de alta responsabilidad, así lo señaló el padre del joven, Diego Pinuet, quien vía telefónica señaló que “me parece irrisoria la decisión que tomó la Institución de enviar a este caballero a trabajar a una zona privilegiada, como es Punta Arenas. Además de eso, se le dio la posibilidad de ir a un instituto para poder incluso llegar a coronel, e incluso a general, asegurando su carrera, lo que es irrisorio ya que el es culpable directo en el fallecimiento de mi hijo y del otro joven aspirante.
Esta persona no tuvo ni la más mínima empatía de darse cuenta que estaba haciendo las cosas mal, imagínese una persona con ese criterio a cargo de una unidad policial, donde tiene gente a su cargo y una población significativa como es Punta Arenas, por lo que no me imagino una persona con este nivel de criterio ejerciendo estas labores. Se está buscando recuperar el prestigio de la institución y no es lo que se está haciendo”.
Al
igual que la madre del otro joven, el padre de Sebastián, señaló que el
único acercamiento de Carabineros, lo realizó el último general
director, por lo que espera tener respuestas. “Como familia, para estar
tranquilos, nos gustaría saber lo que pasó, nunca fue una investigación
objetiva y expedita. Vamos a seguir luchando a pesar que se nos han
cerrado demasiadas puertas.
Lo que dice el sumario interno de Carabineros y la investigación de la Fiscalía Militar, se agotaron todas las instancias, es un proceso viciado, ya que fueron los mismo funcionarios de Carabineros. Mi hijo falleció en la cancha de entrenamiento, con las exigencias que fue sometido no pudo sobrevivir, y esto debió preverlo este oficial que ahora llega como comisario, estaba a cargo de los jóvenes y lo único que se dedicó fue imprimirle más sufrimiento, lo que dejó dos fallecidos y otros jóvenes que tuvieron que llevarlos al hospital. Nosotros sabemos que con el sumario fueron sancionados administrativamente, pero eran todos conocidos y las sanciones quedaron sin efecto”.
Sandra
Barría, madre de Sebastián, también fue enfática en rechazar esta
designación. “Mi hijo ingresó a la escuela el 27 de enero de 2011, y
falleció el 1 de febrero, los llevaron el fin de semana a Curacaví a
instrucciones y no hubo una climatización, acá hubo un exceso en todo lo
que pasó, les quitaron el agua, fue un trato inhumano.
El otro joven Julio el domingo empezó con desmayos y no tuvo atención. Esta persona que va a llegar como comisario a Punta Arenas, realizó muy malos tratos, y no merece estar en Carabineros y estar a cargo de personal y estos premios que se les han dado”.
La madre del joven fallecido Sebastián, indicó “ser Carabinero es una vida difícil, pero desde que mi hijo salió del liceo y de Chiloé postularon varios y fue el único que quedó, hicimos todos los esfuerzos para pagar la escuela de Carabineros, y lo hicimos porque el iba feliz, era su sueño hecho realidad, y en cinco días nos dicen que a mi hijo me lo van a devolver en un cajón, es terrible saber que un hijo no va a estar más”.
Hechos
En noviembre de 2016, cuatro oficiales de Carabineros, fueron condenados por el cuasidelito de homicidio de los aspirantes, Sebastián Andrés Pinuer Barría y Julio Ignacio Ulloa Vargas, quienes fallecieron en febrero de 2011 en Curacaví, mientras participaban de una clase en su proceso de formación en la Escuela de Carabineros en Santiago.
Por
ello, Rodrigo Oakley Gazale y los tenientes Sergio Molina García,
Nicolás Silva Sepúlveda y Jesús Wastavino Jaque, fueron procesados por
la Quinta Sala de la Fiscalía Militar, que los condenó a una pena de
tres años de reclusión menor en su grado medio.
En la resolución del magistrado Óscar Rojas, determina que el deceso de las víctimas se produjo por el extremo esfuerzo al que fueron sometidos y la deshidratación que ello conlleva y que hay cuatro culpables de este desenlace.