Ayer se efectuó en el Santuario María Auxiliadora, la fiesta por los 131 años desde el fallecimiento de San Juan Bosco, mejor conocido como Don Bosco, “el hombre que consagró su vida a los jóvenes”.
El sacerdote Vicente Soccorso, director de la Comunidad Salesiana de Punta Arenas, dijo que la Iglesia celebra la fiesta salesiana el 31 de enero, día que coincide con la muerte del santo. “La iglesia no celebra su onomástico sino cuando muere, ya que nace a otra vida”, expresó.
Los primeros religiosos salesianos llegaron en 1887 a la Patagonia austral luego de haber pasado por Argentina. Llegaron con la misión de evangelizar a los aborígenes, ya que era un sueño de Don Bosco. Soccorso mencionó que Don Bosco quiso mucho a Magallanes y una vez que se instalaron los religiosos en la región, “pudo estar tranquilo, ya que el año siguiente, a la llegada de los salesianos a Punta Arenas, San Juan Bosco falleció, pero feliz de cumplir su sueño”, dijo Soccorso.
Respecto de la fiesta de San Juan Bosco, Soccorso manifestó que “es una celebración muy sencilla, la cual consiste en la realización de una misa solemne, abierta a toda la comunidad”.
Sin embargo, no se trata de la celebración sino del significado que tiene, ya que “Don Bosco y Punta Arenas crecieron juntos, porque cuando llegaron los salesianos, la ciudad apenas comenzaba a surgir con 800 habitantes”, comentó.
En esa época, Punta Arenas solo contaba con seis religiosos, que de la mano de la comunidad comenzaron a crecer en conjunto. Soccorso relató que el primer establecimiento educacional que se construyó en la ciudad fue el Liceo María Auxiliadora y posteriormente el Liceo San José, el Instituto Don Bosco y el Instituto Sagrada Familia.
El religioso mencionó que siente gran satisfacción a conocer a muchas personas en la ciudad que han pasado por estos colegios salesianos, “desde el caballero que conduce un taxi hasta el intendente”, concluyó Soccorso.
@IuskellyPereira