Hace exactos 33 años, el 3 de marzo de 1985, un fuerte terremoto azotó a gran parte de la zona central de Chile. Hace sólo dos días, otro movimiento telúrico de alta intensidad –con epicentro en el sur de Perú- se dejó sentir en Arica y gran parte del norte grande chileno. Durante el último mes hubo dos movimientos telúricos, incluso el epicentro de uno de ellos fue a 46 kilómetros de Punta Arenas.
¿En Magallanes estamos expuestos a un terremoto?
En la reciente memoria colectiva de quienes habitamos en Punta Arenas está el barro en las calles posterior al desborde del Río Las Minas, ocurrido del 11 de marzo de 2012. Sí, eso ocurrió hace siete años y marcó un antes y un después en cuanto a las emergencias en Magallanes, región que muchas veces está ajena a grandes catástrofes que azotan a otras zonas del país.
Desde aquella noche, las autoridades regionales de tres gobiernos (dos de Sebastián Piñera y uno de Michelle Bachelet) han reiterado en innumerables ocasiones que los desastres naturales son imposibles de evitar. Sin embargo, hay consenso respecto de que algo más se puede hacer para mitigar las catástrofes.
Se partió con la renovación de los puentes obsoletos sobre el río que cruza la capital magallánica. Pero, una de las amenazas latentes en la región son los terremotos.
historia
Uno de los dichos más comunes de los magallánicos es “aquí no tiembla mucho”, sin embargo, esto no puede estar más alejado de la realidad.
El último gran sismo que se percibió en Punta Arenas ocurrió en febrero de 1950. Según el documento Sismos Históricos y Recientes en Magallanes, elaborado por Armando Cisternas y Emilio Vera, en aquella ocasión se pudieron apreciar “grandes olas y corrientes marinas anormales en Porvenir y en el Seno Almirantazgo. Derrumbes asociados al terremoto fueron observados en la costa occidental de Tierra del Fuego y a lo largo de las bancadas del Lago Fagnano, y produjeron tres muertes en la costa de la bahía de San Nicolás”.
Esta fue una de las 24 réplicas del gran temblor del 17 de diciembre de 1949, el cual comenzó a las 2.55 horas de la madrugada. Tuvo una intensidad de 7,8 grados Richter y su epicentro estuvo en la Falla Magallanes, en las cercanías del Cabo Froward.
Sin embargo, esos no fueron los primeros grandes terremotos que se registran en Magallanes. En 1879, a las 3.30 horas del 2 de febrero, hubo un terremoto de magnitud entre 7 y 7,5 grados Richter que se percibió en toda la región. El epicentro se habría ubicado cerca del anterior.
Los terremotos en la región se deben a movimientos relativos (menores de 2 centímetros por año) de tres placas: Sudamericana, Antártica y Scotia. Por lo tanto, la sismicidad es más baja comparada con la del resto del país, donde las placas de Nazca y Sudamericana convergen a razón de 10 centímetros por año aproximadamente, según Cisternas y Vera.
Entre ambos sismos, el de 1879 y 1949, hay un lapso de 70 años. Como el movimiento de las placas es constante, se podría predecir que la fecha en que se produciría el próximo terremoto sería en 2019. Una teoría que no es descartada por sismólogos y que actualmente es considerada con suma seriedad por el Gobierno Regional.
27-F
Tras el gran terremoto del 27 de febrero de 2010, los esfuerzos se enfocaron en reorganizar la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) con el objetivo de que se convierta en una agencia que preste un servicio eficaz y eficiente ante las catástrofes. Sin embargo, en paralelo los esfuerzos gubernamentales también se han dirigido a la prevención. En Magallanes, la División de Planificación y Desarrollo Regional (Diplader) es la encargada de recabar información respecto de desastres naturales futuros.
El geógrafo Edgardo Casanova, de la División de Planificación y Desarrollo Regional (Diplader), informó que desde 2011 se comenzaron a instalar siete sismógrafos que envían información al Centro Sismológico Nacional. La primera estación se ubicó en Cerro Castillo y la segunda en el Cerro Mirador en Punta Arenas ambas en julio de 2011.
Pero aún Magallanes está en deuda porque falta tener más datos, saber por qué tiembla en esta zona, qué hay detrás de movimientos que –por ejemplo- en febrero pasado azotaron a la región con epicentros incluso muy cercanos a Punta Arenas.
La historia dice que en 1942 se había promulgado la primera norma nacional de construcción antisísmica. Ésta era obligatoria en todo el país, incluyendo Magallanes. Los arquitectos de la región consideraron que era absurdo aplicar la norma en un lugar donde la ocurrencia de terremotos históricos parecía nula. Decidieron enviar una carta a Santiago pidiendo que Punta Arenas fuese declarada zona asísmica. Esto fue una semana antes del terremoto de 1949. Evidentemente no hubo respuesta, según consigna el documento de Cisternas y Vera.
Aquel estudio es conocido por el Gobierno Regional. En la División de Planificación y Desarrollo Regional (Diplader) se llevó a cabo un análisis de zonas sísmicas. En ella se concluyó que Puerto Natales y Porvenir se encuentran emplazados en sectores de menor Aceleración Efectiva Máxima, Punta Arenas en un nivel intermedio y Puerto Williams en la máxima. Sin embargo, el departamento espera desarrollar aún más el estudio para conocer en detalle las zonas de mayor riesgo de un temblor. “Además, en Punta Arenas hay edificios que fueron erigidos con anterioridad al último gran terremoto, por lo cual no están sujetos a normas antisísmicas, lo cual es un peligro potencial”, explica Casanova.
Volcanes, hielo y tsunamis
Sin embargo, otras de las amenazas que enfrenta Magallanes son los volcanes. Según el paper Actividad Volcánica en la Región de Magallanes del Premio Nacional de Historia Mateo Martinic Beros, “la comprobación de la actividad volcánica en territorio magallánico es una materia en actual etapa de verificación, habiendo tenido y todavía mantiene una condición de virtual misterio geográfico, por la característica de elusivos que han mostrado los centros registrados y muestran los presuntos”.
Los volcanes magallánicos se encuentran apartados de las ciudades, pero podrían generar inconvenientes debido a las características de aislamiento de la región.
“Una nube de cenizas como la que provocó la erupción del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle en 2011 acarrearía serios trastornos a la región. Por razones de seguridad, ante un evento similar en nuestra región implicaría la suspensión del tráfico aéreo, lo que aislaría a la zona y podría tener nefastas consecuencias en la economía local. Por ello se deben considerar los siete volcanes: Lautaro, Reclus, Viedma, Aguilera, Burney, Pali Aike y Fueguino (Cook). También se trabaja en detectar zonas donde el hielo se acumula en los meses más fríos del año”, dice Casanova.
“Esta tarea no reviste mayor dificultad. Sabiendo en qué zonas el sol no se refleja se pueden predecir áreas en que los caminos eventualmente estarán resbaladizos en invierno. Con esta información, se pueden realizar acciones de prevención que eviten accidentes”, explica Casanova.
Otra de las eventuales catástrofes que según el departamento se pueden producir en Punta Arenas son tsunamis. Según expresó el historiador Mateo Martinic, luego del terremoto del 27 de febrero, sería poco probable que uno afecte a la zona, algo en que Casanova difiere.
“Hacia el este de la boca oriental del Estrecho de Magallanes se producen numerosos sismos de magnitudes considerables. En Tierra del Fuego argentina monitorean constantemente estos eventos, ya que tienen varias estaciones. La probabilidad de que un gran sismo se produzca y éste genere una ola que alcance a Punta Arenas existe. Basta recordar lo que pasó en Talcahuano, donde se pensó que Isla Quiriquina serviría de escudo, pero generó que las corrientes se mezclaran, acrecentando la magnitud de la catástrofe. La lección es que hay que estudiar todas las variables y no descartar ninguna posibilidad”, concluye el geógrafo
Hace pocas semanas se instaló un sismógrafo en el Volcán Fueguino, ubicado a 350 kilómetros al sur de Punta Arenas y a 169 de la comuna de Puerto Williams, en dirección oeste o mirando hacia el Océano Pacífico, un lugar de muy difícil acceso.
Los datos entregados por Casanova señalan que en la Región de Magallanes se han producido miles de temblores desde el año 1879 y que es solo gracias a los equipos de medición de Argentina que se conoce este dato.
Sobre lo mismo, Casanova expresó que “en Argentina, nuestro vecino, tienen instalados más aparatos de medición de movimientos telúricos en su territorio, es por esta razón es que también nosotros nos estamos movilizando para que esto se pueda hacer realidad. En el volcán Fueguino y en toda esa zona, no existe ningún tipo de medición sobre cuántos sismos se producen por año, no hay ninguna estadística que nos permita saber esto, así que estamos al debe”.
Mediciones
Los equipos de medición de movimientos telúricos constan de una caja sujetada por simples alambres y de un panel fotovoltaico para nutrir de electricidad y que se dejan instalados en ciertos lugares, como bosques, montañas o cerros, para que realicen su función de forma correcta, sin embargo, en Magallanes, esto no es posible de hacer.
Según Edgardo Casanova, los equipos de medición de temblores que se quieren instalar en la región tienen que tener características distintas al resto de los equipos que se ocupan a nivel país.
¿La razón? Debido principalmente a las condiciones climáticas de Magallanes, en especial, “el viento”, sostuvo Casanova.
Según el geógrafo, “hace tiempo quisimos instalar un equipo en una zona de la región, fuimos, lo instalamos y después cuando nos percatamos de que este aparato no funcionaba, tuvimos que volver a ver qué era lo que estaba ocurriendo y nos encontramos con que el viento había despedazado literalmente toda la estructura, la había doblado por la mitad y la había enrollado, así es que esa es la razón de aquí tenemos que asegurarnos de que los equipos sean fuertes”.
@Juan.I.Ortiz