Con dos robots a bordo, el barco de origen francés René Descartes inició esta semana la última etapa de cableado del troncal submarino en el sector La Puntilla, de la comuna de Caleta Tortel (Región de Aysén).
“El proyecto Fibra Óptica Austral (FOA) aportará a reducir la deuda de conectividad en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes y permitirá que sus habitantes puedan acceder a todos los servicios de telecomunicaciones existentes en la zona, además de incorporar nuevos servicios de alta capacidad, orientados a una mejor oferta a los sectores industriales y al usuario final, potenciando la economía local”, explicó la subsecretaria de Telecomunicaciones, Pamela Gidi.
La autoridad agregó que “esta conectividad en el futuro será el pilar fundamental para el despliegue de la red 5G en el país”.
Las obras de conexión submarina están siendo ejecutadas por la empresa CTR, en asociación con Huawei Marine Networks, y serán desarrolladas en el transcurso de este año. En esta línea, el proyecto FOA, que contempla una inversión estatal que supera los $52 mil millones (US$ 78,5 millones), tiene 2.880 kilómetros de extensión total y va desde la Región de Los Lagos hasta la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
66 por ciento de avance
El trabajo comenzó en enero pasado en la ciudad más austral del mundo, Puerto Williams, y debería concluir en mayo en Puerto Montt. De acuerdo con lo informado por los responsables del proyecto, hasta ahora hay un 66 por ciento de avance, con 1.900 kilómetros de tendido ya instalado.
Según explicó el jefe de proyecto de la empresa CTR, Camilo Quidel, lo realizado en Tortel ha significado “un tremendo desafío por las condiciones que sabemos que tiene la Patagonia, pero estamos trabajando con líderes mundiales en esta tecnología y todos han puesto su máximo empeño para que salga. De momento ha salido todo bien, mejor de lo esperado”.
Quidel añadió que la seguridad de las obras y la fiabilidad de la conectividad están prácticamente aseguradas en su totalidad, puesto que “el 80 por ciento del cable, en el tramo que se extiende por el Océano Pacífico, va a 4 kilómetros de profundidad aproximadamente. La salida está en la playa, entrando por los canales, y en esas profundidades el cable va mucho más seguro, las corrientes no afectan y las instalaciones se realizan con dos robots que van arriba del barco”.
Asimismo, reveló que “la capacidad que tiene este cable es diez veces todo lo que se trafica en Chile en este momento”.
José Benítez