La fiscal del caso, Wendoline Acuña, señaló que “nos deja conforme que el Tribunal entregó un veredicto condenatorio, acogiendo todas nuestras peticiones, por estos delitos reiterado y con la agravante de parentesco. Los hechos comenzaron el 2013 cuando la víctima tenía 12 años y cuando tenía 15 años comenzó una violación con cierta frecuencia. En esa circunstancia el imputado amenazaba con arma de fuego y cuchillo”.
La denuncia e investigación señalan que los hechos comenzaron a gestarse en fechas indeterminadas del año 2013, cuando el imputado R.U.S., de actuales 66 años, le realizó actos de significación sexual a la víctima de entonces 12 años, hija de su pareja, agresiones sexuales que habría cometido al interior del domicilio que compartía con el grupo familiar cuando ambos se encontraban solos. Durante ese mismo año, mientras la víctima estaba viendo televisión en la pieza matrimonial, el imputado la tomó fuertemente del brazo, la tiró a la cama y le tapó la boca para violarla para posteriormente amenazarla para que no hable o de lo contrario le haría daño a su madre.
Se indicó que posteriormente el imputado contrajo matrimonio con la madre de la víctima, y en octubre de 2016, de manera periódica comenzó a violarla mediante fuerza e intimidación con una pistola y cuchillo, además de golpearla en los brazos para mantener relaciones sexuales, lo que cometió en el inmueble y en la camioneta cuando la llevaba a sitios eriazos.
Entre los hechos narrados por la víctima está el ocurrido en 2016, cuando el imputado la obligó a sacarse la ropa, situación a la que la joven se negó, ante lo cual sacó una pistola desde el ropero y la intimidó para mantener relaciones sexuales. Otro hecho mencionado por la joven, indica que el imputado la trasladó hasta el Parque Chabunco donde la intimidó con un arma de fuego.
En su totalidad, las penas solicitadas por la Fiscalía y querellante llegan hasta los 20 años de cárcel.