La producción de investigación es fundamental para el posicionamiento de una visión estratégica en relación a nuestra región, en especial reconociendo los aportes de entidades como el Centro de Investigaciones Militares del Ejército de Chile y de investigadores como Marco Maturana Mena, coronel en calidad de retiro, que han realizado notables esfuerzos por difundir estas temáticas.
Desde aquellos planteamientos es que debemos comprender que la zona austral posee un valor geopolítico y geoestratégico, en atención a que se encuentra un recurso natural estratégico relacionado con la seguridad humana, como son las grandes reservas de agua dulce que constituyen un elemento vital porque afecta la supervivencia de la población y el desarrollo nacional. Este territorio, dada su gran superficie, morfología y características, se presenta bastante desmembrado, lo que hace que la conectividad plena e integral, debe considerar que existirán tramos que serán terrestres, marítimos y lacustres, tema tratado en extenso por diversos autores hace décadas como es el caso del General Ramón Cañas Montalva.
Vale la pena señalar que existen aún 653 kilómetros en la Zona Austral, aún no conectados, no integrados y sin desarrollo, lo que constituye una vulnerabilidad para el Estado por cuanto afecta a la seguridad y defensa nacional al no existir presencia política, económica ni militar, punto que Marco Maturana destaca en sus investigaciones y que es un punto focal para la focalización de esfuerzos mayores.
Es así como actualmente el Cuerpo Militar del Trabajo continúa con la construcción de caminos y obras viales en la zona, pero el avance en un clima hostil y terreno difícil significa que anualmente el rendimiento en un frente de trabajo no supere los 5 o 6 km en promedio. Ante esta realidad, se estima que lo adecuado para el Estado sería optar por una visión de largo plazo respecto de esa conectividad, integración y desarrollo, pensando en las acciones a ejecutar en los próximos 40 o 50 años
Los gobiernos durante el siglo pasado y el actual han desarrollado acciones para conectar e integrar nuestro territorio, movilizando un mayor poblamiento que se ha generado por el aumento de las expectativas y de la actividad productiva e inversiones en esas zonas aisladas y alejadas donde no existía, o era muy poco.
Las obligaciones del Estado chileno se encuentran claras, sin embargo, para una acción más eficaz, eficiente y rápida es necesario articular acciones interministeriales y privadas, que permitan aunar esfuerzos y recursos para ejecutar la conectividad territorial, poblamiento humano y el desarrollo, así como el cuidado y preservación de los recursos naturales, la fauna, y el medio ambiente.
Sabemos que las necesidades del Estado son múltiples y urgentes (educación, salud, pensiones, creación de empleos, etc.) y los recursos escasos, como ya lo señalaban autores como Frederich von Hayek, las tasas de crecimiento, la coyuntura económica interna y externa, su limitante condición de ser un país esencialmente exportador de materias primas, hacen que se debiliten las condiciones de previsión presupuestaria para esa visión de futuro que se necesita en las decisiones respecto de la Zona Austral.
Desde la perspectiva de la defensa, el Ejército ha puesto por décadas a disposición del Estado sus medios a través del Cuerpo Militar del Trabajo para la ejecución de miles de kilómetros en la carretera longitudinal y rutas transversales, un aporte que requiere de mayor visibilidad para continuar con mayor ímpetu y entusiasmo.
La polivalencia del Ejército al servicio de las políticas públicas, coordinado con el Ministerio de Obras Públicas, le permite enfrentar con éxito en forma ininterrumpida durante la paz, aquellas tareas de construcción de caminos y obras viales en los lugares más aislados y extremos del país, y constituye un permanente entrenamiento y alistamiento operacional de las unidades y del personal que conforma el Cuerpo militar del Trabajo.
Sin duda, se trata de una capacidad estratégica al servicio del Estado. La extensa Zona Austral, de más de 650 kilómetros, y de gran importancia geopolítica, pendiente aún por conectar por vía terrestre e integrar al desarrollo nacional, constituye una significativa tarea, condicionada por los proyectos y recursos asignados por el Ministerio de Obras Públicas y el avance de los medios del Cuerpo militar del Trabajo en un territorio hostil.
Lo anterior, amerita reflexionar y debatir para dilucidar si queremos esperar 70 años o más para unir y vertebrar completamente o si, por el contrario, se aprovechan aún más las capacidades del Ejército de Chile (más recursos, más medios y más frentes de trabajo) para reducir esa espera, puntos claros que en su notable investigación el Coronel (R) Marco Maturana nos trae a la luz para pensar los desafíos integrados de la Región de Magallanes.