La belleza natural de nuestra provincia es un atractivo que ha generado diversos puntos de encuentros, los cuales en muchas ocasiones han generado una serie de esfuerzos en su protección y cuidado por parte de las autoridades.

Sin embargo, a pesar de campañas y programas, todos estos esfuerzos a veces se ven superados por inadaptados que sin tener real conciencia respecto al valor invaluable de algunos monumentos nacional atentan contra su integridad.

Visitar la Cueva del Milodón es una muestra de aquello, no han faltado los inescrupulosos e irresponsables que no tan solo violan sistemáticamente los senderos establecidos por la Corporación Nacional Forestal sino que además han dejado basura como colillas de cigarrillos, envoltorios de galletas y otros elementos, dañando en parte aquel hermoso lugar.

Se suma a lo anterior el accionar de vándalos que han rayado con grafitis y  erosionando parte de las rocas para “inmortalizar” su nombre, una fecha o simplemente hacer daño.

Este tipo de actitudes son las que superan la capacidad de las autoridades y conllevan un malestar para los visitantes que, buscando conocer y explorar en forma adecuada, tienen que observar el producto de un accionar vergonzoso de visitantes que atentan contra un legado natural para toda la humanidad. 

El aceptar en parte este tipo de acciones es justificar un daño para todos quienes, en el presente o el futuro, aspiran poder disfrutar de los encantos de rincones que son únicos y que han generado dinamismos a nuestra potencial industria turística.

Es por lo tanto rol de todos quienes visitamos estos maravillosos lugares ayudar a crear consciencia respecto a su cuidado, no ser indiferentes y ayudar a las limitadas capacidades de resguardo con que se cuentan.

El fomentar o actuar en forma pasiva ante este tipo de hechos es ser parte del problema, no debemos justificar ni menos aceptar que visitantes, nacionales o extranjeros, dañen un patrimonio que es único en el mundo.

El orgullo que decimos sentir no tan solo debe ser un discurso, sino también plasmarse en acciones, todos tenemos un rol clave y que debemos transmitir en forma educada, colaborando con autoridades y sobre todo fomentando buenas prácticas en el presente y el futuro.