Muchas teorías hay respecto del Ovejero Magallánico y su llegada a la zona más austral de país. Algunos indican que llegó con los ingleses a fines del 1.800 y otros indican que fue incluso antes. Pero más allá de eso, su trascendencia en las zonas estancieras de Magallanes ha sido fundamental para llevar a un grupo de científicos a realizar estudios para proponer y lograr finalmente que el Ovejero Magallánico sea reconocido como una raza nacional.
Desde 2017, investigadores de la Universidad Austral, Universidad San Sebastián de Puerto Montt y el National Institut of Health de Estados Unidos han trabajado en este proyecto.
En el imaginario colectivo es sabido que este perro tiene ciertas características claras, pero no hay una institución oficial que lo reconozca como raza, explica César González, veterinario, doctor en Ecología e investigador de la Universidad Bernardo O’Higgins y parte de la investigación que se está llevando a cabo. González agregó que “por estos motivos es que surgió la idea de empezar a estudiarlo, buscar su origen y como se ha mantenido en el sur de Chile”.
El primer foco de estudio fue la morfología del Ovejero Magallánico, donde se verificó que existe una homogeneidad entre ellos, es decir, que entre sí son bastantes parecidos, se trata de una raza de talla mediano (60 a 80 cm) y de cabello largo y desordenado. Posterior a esto, el estudio postuló a dos proyectos de Conicyt (actual ANID) para ver la genómica y compararlo con otras razas del mundo.
Para poder llevar a cabo esto, los investigadores recorrieron toda la zona de Aysén y Magallanes en busca de estos canes y que no estuvieran emparentados entre sí para poder hacerles un examen de sangre.
El Ovejero Magallánico tiene un rol fundamental y específico en las distintas estancias, es catalogado como un perro trabajador, tiene la particularidad de tener una relación directa con los ovejeros, crean un lazo afectivo muy fuerte que los transforman en animales fieles y leales a sus dueños, tienen una gran tolerancia al dolor y pueden caminar durante largas distancias.
Para González, todos estos datos son concluyentes y reafirman la posición de los investigadores. “Con los datos que tenemos, ya podemos decir que es una raza, ya sabemos su origen y que es un grupo bastante homogéneo”.
Eso sí, comentó además que aún falta analizar datos genéticos. “Últimamente han llegado, sobre todo a Aysén, border collies y kelpies australianos y se ha visto cierto grado de mezcla. Pero la gran mayoría, sobre todo en Tierra del Fuego tienen un ‘pool’ genético homogéneo”.
Tanto para González como para el resto de los investigadores, el hecho que el Ovejero Magallánico sea valorado como raza chilena es muy importante.
“Poder conocer algo te permite conservarlo y en este caso, conservar un patrimonio genético que aunque venga de afuera, se desarrolló por varios años en la Patagonia, es parte de la cultura de la Patagonia entonces es importante conocerlo para poder apreciarlo” finalizó.