Este jueves, la ciudadana colombiana Lina Vanesa Valencia Hurtado fue enviada a la cárcel en prisión preventiva, luego de haber sido detectada el pasado miércoles por personal de Aduana cuando descendía de un vuelo nacional con droga adosada a su cuerpo.

En una audiencia a través de videoconferencia, como se han desarrollado producto del estado de emergencia por la pandemia del Coronavirus, el fiscal de drogas, Manuel Soto, le indicó a la extranjera que se inició una investigación en su contra por los hechos que quedaron al descubierto el 27 de mayo, alrededor de las 15 horas. En ese contexto, se detalló que personal de Aduanas, con asistencia de perros detectores de droga en el sector de la sala de espera del equipaje de los pasajeros, momentos que la can “Bela” mostró gran interés en la imputada que recién había descendido del vuelo 1161 de la aerolínea Latam que venía arribando desde Santiago, procediendo a fiscalizar, quien al negar que transportaba cualquier sustancia ilícita, el personal fiscalizador la trasladó a una sala de revisión, fue ahí que notó que la vestimenta de la mujer presentaba cierta protuberancia. En esos momentos, la mujer entregó un objeto envuelto en plástico, y otros paquetes, incluso un preservativo en el.cual transportaba clorhidrato de cocaína. Además se detectó que en medio de su cabello también trasladaba una bandana adosada a droga. La cantidad de cocaína alcanzó los 2 kilos 42 gramos y fue avaluada en alrededor de 62 millones de pesos.

Con estos antecedentes, a la imputada se le formalizó como autora del delito de tráfico de drogas. A pesar que el abogado defensor Leonardo Vallejos, se opuso a la cautelar privativa de libertad, argumentando que aún no se puede determinar la pureza de la sustancia ilícita que podría modificar el delito, como también la colaboración de su representada, pidió una medida, el juez de Garantía Juan Villa Martínez, decidió acoger la petición de la Fiscalía, e impuso la prisión preventiva para la mujer extranjera.

La imputada en su declaración, señaló que “ingresé a Chile hace dos años, mientras estaba en mi domicilio en Santiago, llegó una mujer desconocida y me ofreció trasladar droga a Punta Arenas vía aérea. Si llegaba a destino, me pagaba un millón de pesos. Al no tener trabajo acepté y asumí el riesgo. Esta mujer también extranjera me pasó 100 mil pesos para gastos aéreos. El día martes me contactó un sujeto extranjero que me llevaría a un lugar a retirar la droga. Me explican que al llegar a Punta Arenas y a bordo de un taxi me contactarían para darme la dirección donde tenía que entregarla. No conozco a nadie acá en Punta Arenas, y esta vez es la segunda vez que vengo, pero en marzo solo vine a conocer”.