Los pacientes con Alzheimer que en su mayoría son adultos mayores, han visto cómo sus rutinas han cambiado en los últimos 4 meses del año. La frecuencia con que sus familiares pasaban un buen rato con ellos, por ahora se acabó.
Por ejemplo, según cifras de expertos, más de 600 adultos mayores sufren de esta enfermedad en Magallanes que no entienden las razones del por qué el distanciamiento social. Trabajo que deben asumir sus cuidadores.
El único geriatra de la Región de Magallanes, doctor Ramón Lobos, reconoce que este grupo “está viviendo muy complejo este período porque sus rutinas y sus visitas familiares se perdieron”. Agrega que lo más complicado es para la persona que hace el papel de cuidador porque debe estar doblemente preocupado de atenderlo, cuidarlo y “tratar de compensar la ausencia del resto de la familia. Es tristemente complejo, dificultoso y doloroso”.
El especialista en adulto mayores recomienda a cuidadores momentos de distracción entre ambos (cuidador y cuidado) para evitar posibles colapsos en la atención, entregar tranquilidad y momentos para realzar actividades entre ambos como “dar una vuelta, comer algo rico o simplemente dormir un par de horas más que las habituales. En Geriatría, los cuidados del cuidador son muy importantes”, sostiene Lobos.
Los posibles cuadros
La médica jefa de Rehabilitación del Hospital Clínico Mutual de Seguridad, doctora Carolina Tanco, manifiesta que todas las actividades -que para los adultos mayores con esta enfermedad- eran habituales, la interpretan como “soledad y desesperanza que hace que se descompensen de su enfermedad desde el punto de vista cognitivo.
Pueden mostrar mayor ansiedad, irritabilidad, tristeza, cuadros ansiosos y finalmente redunde en desesperanza”.
Más allá del cambio en sus rutinas, la también geriatra señala que en caso de que estas personas tengan un deterioro leve o moderado, aún así hay que explicarles lo que está sucediendo alrededor, el por qué el distanciamiento social, sin dejarles saber que el cambio no tiene nada que ver con el afecto o amor que tienen por ellos.
“Hay que mantenerse en contacto con ellos de forma diaria y continua a través de llamada o videollamada y explicarles la situación, porque en el caso de una persona Alzheimer, lo entiende y después se les olvida. Pero lo que sí sienten, es el vacío de ese hijo que no lo está yendo a visitar o que lo ve por poco tiempo dejándole comida en una bolsa con una mascarilla y después se va y lo deja solo o con su cuidador”, concluye la doctora Tanco.