El instinto es la reacción espontánea en el comportamiento de un animal. Son respuestas que no se aprende. Se transmiten genéticamente entre los seres vivos de la misma especie y les hace responder con patrones fijos de acción ante una serie de estímulos. Los animales se limitan a responder de acuerdo a un programa genético, donde la mayoría de sus actos son automáticos. Un claro prototipo de esto son los arácnidos en la fabricación de las telas: la araña sabe tejer sin que nadie le haya enseñado, pero si se presenta un acontecimiento imprevisto, esta es incapaz de reaccionar adecuadamente ya que no está «programada» para ello. Así por ejemplo: las arañas son capaces de tejer telas muy complejas. No obstante, son incapaces de realizar una simple reparación en caso de accidente.
No obstante, los seres humanos podemos cambiar nuestro comportamiento como consecuencia del aprendizaje, pero para ello se requiere la enseñanza. Lamentablemente es en esto último donde se ha fallado en el manejo de la pandemia, por ello no se ha logrado generar trasformaciones sustanciales en las costumbres y en los hábitos de las personas.
En la actualidad apremia una mayor creatividad y esfuerzos destinados a educar a las personas. Especialmente porque se requiere que realicen cambios casi antinaturales en los estilos de vidas como son: el uso de mascarilla o el distanciamiento social, siendo que los seres humanos son en esencia entes sociales. Urge poner en practica distintas estrategias de aprendizaje como podrían ser : que las personas que están a cargo de tomar la temperatura a la entrada de diferentes establecimientos entreguen folletos educativo. Igualmente en los recintos donde circulan grandes cantidades de personas como son: el aeropuerto, supermercado o microbuses, etc. ; se podrían poner mensajes educativos y auditivos acompañados de melodías agradables, puesto que se sabe la fuerte influencia que tiene la música sobre la siquis.
Para lograr lo recién señalado hay que cambiar el paradigma, desde el cual se ha tratado de manejar la actual situación .Dado que se ha comprobado que el confinamiento obligatorio genera graves alteraciones psíquicas y fuertes desmedros económicos. Además, lamentablemente con esta disposición no se han logrado frenar los contagios como se esperaba. Es decir, hay que dejar de entender la pandemia como un fenómeno que solo afecta al cuerpo. Hay que empezar a comprenderla y a tratarla desde un punto de vista global u holístico. Lo que significa que hay considerar a las personas en las dimensiones tanto: física, intelectual, social, emocional y espiritual.
Lamentablemente con el confinamiento obligatorio se ha promovido lo que en Psicología se llama el Locus de Control Externo. Lo que significa que la percepción que adquieren las personas, es que los acontecimientos no tienen relación con el propio quehacer. Es decir, que los sucesos no pueden ser controlados por esfuerzos y decisiones propias. No obstante, si a las personas se les educa se fomentaría: el Locus de Control Interno. Así lograrían percibir que los eventos ocurren principalmente como efecto de sus propias acciones. Es decir, lograrían comprender que son ellos mismos quienes controlan sus vidas.