El día del Plebiscito Constitucional, mientras reporteábamos, un hombre se nos acercó visiblemente conmovido. “Me llamo Rubén Antonio Millaquén y soy trabajador de Mina Invierno”, nos dijo mientras nos mostraba su permiso y la empresa contratista de la minera a la que todavía pertenece.
“Sigo trabajando ahí todavía, pero me siento mal, muy mal amigo, porque despidieron a más de mil personas, ¿cuánta gente quedó sin trabajo? Imagínese el dolor de esa gente”, nos dijo lleno de rabia. “Por favor, cuente lo que le estoy diciendo”, señaló antes de despedirse.
Mañana, se inicia el desmantelamiento de las principales instalaciones de la minera en isla Riesco, en un proceso que se extendería por tres días, según fuentes confiables. De este modo, el cierre de la empresa da un nuevo y decisivo paso, aunque por ahora no se conoce cómo afectará esto los puestos de trabajo que, como don Rubén, todavía permanecen cumpliendo las labores finales del proyecto.
En tanto, ayer en Twitter, un usuario denominado Mujeres ligadas a Mina Invierno publicó: “Las familias de trabajadores, pymes magallánicas y microempresarios ligadas a Mina Invierno agradecemos a quienes se empeñaron en destruir esta fuente laboral que cobijó a más de mil trabajadores”.