Durante la semana del 9 de noviembre se dieron a conocer hechos realmente escabrosos.
Un ciudadano colombiano de nombre Diego Ruiz Restrepo, era detenido por la Fiscalía Centro Norte y OS9 de Carabineros por el presunto asesinato de seis personas, la mayoría de ellas en situación de calle.
El también conocido como “Sicópata de Meiggs” tenía antecedentes penales por: robo con sorpresa y porte de arma cortante. Antecedentes policiales por amenazas u otras, y en 2019, se le negaba su residencia en el país por estar ligado a antecedentes delictuales.
Además, vecinos de Diego Ruiz Restrepo indicaron que en una ocasión el colombiano “tuvo una pelea al parecer con la pareja de su hermana con mucho grito y escándalo y que trató de terminar la discusión con un cuchillo”.
Otro antecedente, es que cuando colocaba música a todo volumen “se molestaba por si alguien le tocaba para que le bajara”.
Hechos
En la audiencia donde finalmente se decretó prisión preventiva por cinco supuestos hechos de homicidio, la fiscal Pamela Contreras, de la Fiscalía Norte, lo formalizó por siete homicidios calificados consumados y uno frustrado. Además de agregar el agravante de “actuar de noche o despoblado”.
Ante lo tenebroso del tema, dos sicólogos, un sicólogo forense y un siquiatra -todos magallánicos- analizaron el perfil del Sicópata del Barrio Meiggs.
¿Enfermedad biológica?
El jefe de Siquiatría del Servicio de Salud Magallanes, doctor Juan Vukusich, explica que el actuar de Ruiz Restrepo “no viene del nacimiento, es posible un daño orgánico cerebral y consumo de alcohol y drogas. No es un asesino en serie, no actúa con planificación y cuidado de no ser descubierto. Podría estar sufriendo de un cuadro sicótico de origen posiblemente orgánico”.
Las tres dimensiones
El magíster en Criminología, y sicólogo forense, Claudio Carrera, señala que se deben analizar tres dimensiones criminológicas, para poder comprender el fenómeno criminal: La victimología; el modus operandis y el perfil geográfico.
En la primera dimensión, Carrera explica que las víctimas son escogidas por la vulnerabilidad que presentan, es decir, factores de riesgo que las hace más vulnerables: edad, género, nivel socioeconómico, personas en situación de calle o migrantes. En síntesis, personas que no tengan una sólida protección salvo sus frazadas o cajas de protección.
“Otro fundador de la Victimología, el rumano Benjamín Mendelsohn, dice que hay una relación inversamente proporcional entre el victimario y su víctima, a mayor culpabilidad de uno, menor responsabilidad del otro, o sea, cuando no hay casi ninguna participación del otro se habla de víctima inocente o victima ideal”.
En el modus operandis, Carrera describe que la víctima sabía la forma de seleccionar a sus víctimas y que de acuerdo con otros casos investigados y con el desenfrenado y aleatorio actuar de Ruiz Restrepo “esto habla de un cambio en el patrón conductual, probablemente se pueda explicar por una desestructuración de la personalidad del agresor, a raíz de un evento desencadenante o gatillador”.
Y el tercero, el perfil geográfico donde Carrera detalla que el colombiano supo escoger bien a sus víctimas porque son personas desplazadas que se vuelven invisibles, no siendo parte de la sociedad.
“¿Quién los buscaría? Nadie notaría al principio su delito, pero el descontrol de impulsos y el frenesí, lo embriagó de deseo de matar transformándose en un mal ejemplo, pero similar al monstruo de los mangones que cometió 38 asesinatos en la ciudad de Cali (Colombia) entre las décadas del 60 al 70, o más actual el monstruo de Génova o la bestia, llamado Luis Garavito Cubillos quien habría asesinado a más de 172 niños y jóvenes”
Peligroso para la sociedad
La sicóloga y académica de la Universidad de Magallanes, Rosa Martínez, quien también trabajó en la Penitenciaría de Santiago, detalla las características del asesino.
“Probablemente es un sicópata porque algunas características en relación a los hechos en los que participó se detectan: absoluta falta de empatía, desprovisto de sentimientos fuertes y profundo hacia los otros, incapaz de sentirse culpable y no se avergüenza de su comportamiento. Lo grave es que los sicópatas no aprenden ni por la experiencia, ni el castigo, por lo mismo son altamente peligrosos para la sociedad”.
“Saben lo que está haciendo”
Enzo Arias, sicólogo clínico y con especialidad Forense también describe a este sujeto como un sicópata, una persona que le gusta tener el control frente a las situaciones que pueda generar.
“Son personas que tienen una conducta delictiva porque su característica principal es dañar a otro sin capacidad de remordimiento. Si uno ve los videos del personaje, se ve tranquilo y sin remordimiento frente a la conducta que realiza”.