Otra competencia altamente valorada en el ámbito laboral, es el respeto y adecuación a las normas. La cual consiste en actuar en consonancia con las reglas de la organización, en la cual interactúa la persona.
En todo sistema social (ya sea grande como una nación o pequeño como una familia) siempre existen normas o reglas. Además, quien no las cumple se expone a ser sancionado. Por ejemplo: un chofer que no detiene su vehículo frente a la luz roja, arriesga (a lo menos) a ser castigado con un parte.
Las normas permiten la convivencia y organizan las relaciones entre las personas .Una persona que no es capaz de llegar a la hora al trabajo, que no sabe obedecer las órdenes de la jefatura o que no cumple con los objetivos propuestos por la empresa, arriesga ser despedido por no cumplir con las reglas asignadas por esa institución.
Esta competencia como todas las otras, se aprenden y se desarrollan desde pequeño y esto ocurre principalmente en la familia.
Algunas sugerencias para formar personas respetuosas de las normas son las siguientes:
Los niños necesitan ser guiados por los adultos para que aprendan a vivir en la sociedad. Tal como lo hacen los animales maduros de una manada. Los cuales por ejemplo: les enseñan a sus cachorros a cazar.
No se puede actuar como un amigo con los hijos. Alguien debe organizar e imponer reglas o normas en el hogar. Los amigos son los iguales. En toda organización existe una jerarquía y esto el niño debe saber reconocerla y respetarla desde pequeño. De lo contrario a medida que crece le será más difícil asumirlo.
Hay que actuar con firmeza, pero a la vez con tranquilidad al fijar los límites. Hay que dejarle en claro al niño que al proveerles reglas precisas y apropiadas es sólo para su protección. Los padres deben imponer autoridad, pero de forma respetuosa y no hiriente. La idea es controlar, pero nunca lastimar al niño.
Nunca se debe ceder después de decir “no”. El “no” es innegociable, porque si accede estará corriendo los límites de aquello que le está enseñando al niño que es inapropiado o es malo. Actuando de esta forma modo puede generar confusión. El “sí” es negociable. Si se piensa que el niño puede ver la televisión, se puede negociar con él acerca de qué programa vera y por cuanto tiempo.
Los padres deben actuar de manera coherente. Las reacciones de los padres han de ser siempre dentro de una misma línea ante los mismos hechos. Si en el hogar se rechaza que un adolescente ingiera alcohol, debe ser siempre NO. No puede ser un día no y al día siguiente sí.
Las promesas y amenazas deben cumplirse y deben ser realistas. Es decir, fáciles de aplicar: por ejemplo, un día sin ver televisión o sin salir, es viable, pero esto mismo durante un mes es imposible.
La próxima semana se dará a conocer una nueva competencia y cómo desarrollarla.