“Mi nombre es Elizabeth Adriana Sánchez Moreno (49). Nací en el edificio antiguo del Hospital Augusto Essmann ubicado en la calle Ignacio Carrera Pinto de Natales. Mi madre adoptiva es Elba del Carmen Moreno Garrido, quien se casó en Santiago y dejó a su marido allá, Sergio Sánchez Quezada, para venir a buscarme a Natales”. Así relata Elizabeth Sánchez Moreno lo que fue una adopción irregular que tuvo en aquel lugar en 1971, ya que ellos aparecieron como sus padres biológicos en la inscripción de nacimiento en el Registro Civil, y debido a que también, tampoco hay un certificado de parto.
A su madre adoptiva, por lo demás, se le facilitó llegar hasta la comuna de Natales debido a que allí vivía el hermano de ella, el abogado Moreno Romualdo Romero Garrido, que en ese tiempo era jefe del Servicio de Impuestos Internos (SII) acá en Natales, y quien estaba casado con la doctora Graciela Arias Yáñez. “Mi madre (adoptiva) estuvo con licencia un año en el Colegio en que trabajaba, porque era profesora de Estado. Ella me vino a buscar y me sacó desde ese hospital, para llevarme a una casa en calle Yungay, donde vivía la doctora Arias y el abogado Romualdo”, comenta la afectada.
Asimismo, luego de aquel episodio, la transportaron en un avión hacia Punta Arenas, y en Santiago la inscribieron con parto en casa con fecha 1 de septiembre de 1971. Los testigos de este nacimiento fueron Raquel Moreno Garrido, hermana de su madre adoptiva, y su marido, Rafael Leonicio Ortíz. Ya pasado alrededor de siete años (1976), quienes la adoptaron decidieron separarse, siendo ella la única hija de este matrimonio. Elba y Elizabeth se quedaron viviendo juntas y su padre adoptivo se fue del hogar, haciendo aquella pareja nulidad oficial del matrimonio en el año 1978.
Tiempo después, su madre adoptiva sacó su pensión de profesora y se fueron a Estados Unidos. Allá, tras haber cumplido los siete años de edad se vino nuevamente a Chile, ese fue su primer viaje; mientras que la segunda ida fue cuando tenía 18 años, donde estuvo yendo a un colegio situado en Radcliff, Kentucky, por un corto período, para posteriormente, nuevamente venir hacia su país natal, tras pasar algún tiempo.
“Ahora recién apareció mi padre adoptivo, después de 40 años que no supimos más de él cuando se separaron tras la nulidad matrimonial. A mi padre lo vi el viernes pasado (12 de febrero) y no tuvo más hijos con su esposa actual”, detalla Elizabeth Sánchez. Así mismo, recalca que tras largos años sin verse, en este reencuentro él le confesó que le gustaría seguir en contacto con ella.
“Ya están viejitos. La esposa tiene 89 años y él tiene 82 años. Además, él no sabía que yo no era su hija biológica, recién se enteró cuando lo llamaron desde la PDI, porque mi mamá (adoptiva) a él lo dejó allá en Santiago en 1971 y vino a buscarme a Natales. Estuvieron un año sin verse”, agregó.
Padres biológicos
Desde que era pequeña, escuchaba a la doctora Arias que decía que Elizabeth Sánchez había nacido junto a los hijos de ella en Natales. Cuando fue creciendo, miraba su carnet y decía que su comuna de origen era Independencia. Mientras que, Raquel Moreno -hermana de su madre adoptiva y quien fue testigo de su nacimiento-, llegaba con regalos en una fecha distinta para celebrar su cumpleaños.
Por estas tres razones es que ella siempre vislumbró que no era hija biológica de Elba Moreno y de Sergio Sánchez.
Su
madre adoptiva lamentablemente falleció en el año 2005, ahí fue cuando
definitivamente sus dudas se disiparon totalmente. “Cuando mi madre
falleció se llevó su secreto a la tumba. Eso era lo que me quería decir
cuando agonizaba en el hospital, y yo no pude entender lo que me
hablaba, y yo lloraba”.
Por consiguiente, para cobrar el seguro
de vida en el Instituto de Previsión Social (INP) no le sirvió el
certificado de nacimiento, y la dirigieron a que sacara un acta de
nacimiento al registro civil, lo que no le sirvió, ya que no tiene
certificado de parto.
En
los años siguientes comenzó a buscar cierta información de su madre
biológica. Ahí fue cuando consiguió acercarse en un principio a la
fundación Nos Buscamos, para luego pasar a dialogar con Hijos y Madres
del Silencio (HMS).
Esta fundación lleva alrededor de seis años
de existencia (en junio de este año cumplen el séptimo aniversario), en
los que llevan 219 encuentros que han alcanzado con éxito hasta la
actualidad.
Ellos
fueron quienes le recomendaron hacer la denuncia en la PDI de Derechos
Humanos (la que realizó en 2019), ubicada en Providencia, Santiago, un
alegato que ha ido a parar a la Corte de Apelaciones de Santiago,
presidida por el ministro Jaime Balmaceda.
- ¿A quiénes busca como principales culpables?
“Al hospital, porque me imagino que era un sistema repetitivo, donde estaba involucrada la doctora y la matrona en esos años. En los casos que he visto en la Agrupación de Hijos y Madres del Silencio, para las personas que buscan hijos y viceversa, prácticamente se repite el mismo testimonio a lo largo de todo Chile”.