Este martes, el Juzgado de Garantía de Punta Arenas decidió darle una segunda oportunidad a H.A.J.A., un adulto de 36 años que está condenado por realizar tocamientos de carácter sexual a una niña de 11 años en un taxi colectivo.
El año pasado, el imputado fue sentenciado por el delito de abuso sexual. Cumple su pena a través de la libertad vigilada intensiva. Además, el tribunal ordenó que se sometiera a una terapia para controlar su adicción al alcohol.
Sin embargo, una serie de informes de Gendarmería indicaron que el sujeto no estaría cumpliendo con las condiciones de la pena. Ha desertado de tres terapias de rehabilitación y fue sorprendido por Carabineros en una plaza con menores de edad.
Ayer se discutió si el tribunal dejaba sin efecto la remisión condicional –lo que significaría su ingreso a la cárcel– o si se le daba una segunda oportunidad.
En la audiencia participó una delegada de Gendarmería, quien señaló que el riesgo de reincidencia era alto. El Ministerio Público señaló que el imputado había quebrantado la libertad vigilada, por lo que debía ser enviado a la cárcel. La defensa argumentó que estaban ante una persona que vivía una situación problemática de consumo de alcohol y, por salud mental, necesitaba ayuda.
La última palabra la tuvo el juez Franco Reyes, quien se inclinó por la posición de la defensa. Ordenó que en un plazo de cinco días el penado sea ingresado a la unidad de siquiatría del hospital regional, donde debe permanecer internado un mes.