La semana pasada, la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Brianco) de la PDI incautó 74 gramos de ketamina. Su portador –que fue enviado a cumplir con prisión preventiva– fue descubierto en el Aeropuerto Presidente Carlos Ibáñez del Campo de Punta Arenas y ocultaba la droga en su ropa interior.
Esta es la primera vez que la unidad especializada de Magallanes incauta ketamina. Sobre sus efectos, el subprefecto Patricio Flores indicó que “corresponde a un poderoso analgésico usado por veterinarios. En humanos puede producir efectos alucinógenos, delirios y hasta un coma y la muerte”.
El subprefecto agregó que los efectos analgésicos de la ketamina son solicitadas por los veterinarios, pero también está incluida como una droga sancionada por la Ley 20.000.
Aunque la PDI incautó por primera vez esta sustancia en Magallanes, no es un fenómeno ajeno en el resto del país. Hace dos meses el Servicio Nacional de Aduanas incautó seis kilos de ketamina en los puertos de la Región de Tarapacá.
A $50 mil el gramo
Un informe del Departamento de Investigación de Sustancias Químicas de la PDI –leído durante la formalización del imputado– indica que, en su uso recreacional, la ketamina en polvo se inhala. Una dosis oscila entre los 75 y 125 miligramos; es decir, la droga incautada en el aeropuerto corresponde a casi 600 porciones.
Para consumidores más osados, la ketamina se puede consumir por vía intravenosa u oral. Además se puede encontrar en su formato líquido.
El imputado que escondía la droga en el aeropuerto tenía un botín entre su ropa interior que se aproxima en 3,7 millones de pesos. El informe de la PDI indica que el precio del gramo de esta droga en Santiago llega a $ 35 mil. En las calles de Punta Arenas su precio es mayor: la unidad especializada indica que el gramo cuesta 50 mil pesos.
La ketamina es utilizada por traficantes para fabricar otras sustancias. Se puede mezclar con cocaína, éxtasis o metanfetamina. También se pueden añadir colorantes alimenticios para dar un tono anaranjado y fabricar el “tusi”.