Caen las caretas lenta pero progresivamente. Recientemente, un quinto de los constituyentes, esos mismos, “los independientes”, acaban de notificar cómo esperan que se trabaje la “nueva e idílica” Constitución. Y señalan sin tapujos el cómo entienden la democracia en la izquierda extrema, aquella que se disfrazó de una independencia que no tienen (porque son marxistas o neo-marxistas) y que “engrupió” a los inocentones de siempre con la épica del tema de la supuesta defensa de algo, que vende bien hoy en día pero que solo era la forma de pescar incautos. Y por supuesto, los que creían “de buena fe” en lo idílico salieron a expresar sus preocupaciones y sus lamentos. Pero olvidaron que están aprendiendo muy bien de Carl Schmitt (sí, el que muchos consideran el filósofo del nacionalsocialismo alemán), en especial Atria, y que funcionan como pez en el agua deambulando entre amigos y enemigos. Y vendrá más, la presidenta de Convergencia Social, el partido de Boric (aunque lo intenten negar), señaló en el programa de Pingüino Multimedia “Sintonía Ciudadana” del miércoles recién pasado, que ellos (me imagino los responsables de la destrucción y terrorismo que azotó nuestra región y nuestra Patria en octubre 2019) seguirían con una “patita en la calle y la otra patita en la institucionalidad”. Lo mismo habían dicho los comunistas cuando asumió Piñera. O sea, no es novedad y parecen perfectamente orquestados todos aquellos quienes pretenden instaurar un régimen marxista en nuestro país. Que lo van a seguir negando y que lo van a seguir maquillando, para que sigan cayendo incautos (¿será por ignorancia o por tontera?), es cosa de conocer cómo han sido siempre y cómo seguirán siendo siempre. Expertos manipuladores comunicacionales, hijos e hijas pródigas del que miente, miente que algo queda de Goering y por supuesto de Lenin y de Stalin. Políticos profesionales, amigos-enemigos, manipuladores expertos, utilizadores de las debilidades de la democracia para terminar derribándola, es el sino de los tiempos y, lamentablemente, parece no haber muchos que perciban tal vendaval que en las propias narices de los que creemos en una sociedad libre, nos lleva progresivamente a las fauces de la dictadura del proletariado, al partido único, a la ausencia de libertad de expresión, a la igualdad en la pobreza y a la eliminación de todo intento de oposición. Pero aún tenemos Patria, ciudadanos. Aquellos que amamos a Chile, aquellos que deseamos desarrollarnos y crecer mediante el esfuerzo personal en una cancha emparejada para todos, los que reconocemos y admiramos a nuestros héroes y valoramos y nos sentimos orgullosos de nuestros emblemas patrios, a los que defendemos la libertad de enseñanza, a los que creemos en la verdadera libertad de expresión, a los que creemos en Dios y respetamos todas las formas de religión y culto, a los que apoyamos un Estado fuerte, fiscalizador y orientado al bien común, pero limpio de los operadores políticos y de los burócratas de turno que son obstrucciones al emprendimiento, de aquellos que amamos la naturaleza y que creemos en la protección del medio ambiente pero sin ser talibanes medioambientales. Para aquellos surge una legítima opción para encauzar la vida democrática y retomar la senda de crecimiento, corrigiendo las evidentes imperfecciones y eliminando toda forma de abuso y o discriminación. Surge el Partido Republicano de Chile, con nuestro líder José Antonio Kast, para iniciar una verdadera revolución democrática de derecha, que gatillará el crecimiento hacia el pleno desarrollo, en paz, sin violencia, sin terrorismo y en la búsqueda permanente del bien común y de la amistad cívica. Aquello, necesariamente, implica aislar a los violentistas y a los terroristas, sin justificarlos y sobre los cuales debe caer todo el peso de la ley. En noviembre, Kast estará en la papeleta, por lo que invitamos a magallánicos y magallánicas a incorporarse crecientemente a esta verdadera cruzada de recuperación política, económica y social de nuestra querida Patria. Para aquello debemos arremangarnos las mangas y poner los pies en la calle. Vamos a buscar nuestra libertad y nuestro futuro. Un abrazo.