Este jueves, la fiscalía formalizó a tres gendarmes por presuntamente someter a golpes y amenazas a un reo en el módulo B-1 del Complejo Penitenciario de Punta Arenas.
Los hechos habrían ocurrido el 17 de mayo del 2020. El interno –que cumple condena por homicidio frustrado– se encontraba en su celda junto a su compañero, pero fue sorprendido por un grupo de gendarmes que ingresó para allanar el lugar.
Según los antecedentes de la formalización, la víctima fue trasladada al pasillo y lo desnudaron. Después lo trasladaron al comedor del módulo, donde el cabo Wladimir Haro Caicompay lo golpeó en la espalda y brazos con una luma. Tras arrojarle gas pimienta, lo obligó a regresar a su celda.
En ese lugar lo esperaba el cabo Darwin Barriga Urrutia, quien le exigió la entrega de un cargador de celular. “Entrégalo a la buena o a la mala”, le habría dicho según la investigación fiscal, para después torcerle los dedos de la mano y golpearlo en las costillas.
Las agresiones habrían proseguido en la guardia interna, donde se encontraba el teniente Erick Aravena Bustamante. Presuntamente, le pegó en la espalda con la luma y lo amenazó con trasladarlo a un módulo donde tiene problemas con la población penal.
Finalmente lo llevaron a la celda de castigo, donde los gendarmes habrían continuado propinando golpes. “El interno tuvo que autolesionarse los brazos con cortes para que lo sacaran del lugar”, indicó el fiscal Oliver Rammsy.
Por cautela de garantías, el interno fue trasladado al complejo penitenciario de Puerto Montt.