Históricamente, y hasta el día de hoy, los combustibles fósiles han sido la única fuente de energía eléctrica y térmica en las bases antárticas. En ese contexto, el Instituto Antártico Chileno (INACh), el Programa de Energías Renovables de la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y la Fundación Antártica 21 comenzaron a trabajar en la evaluación de alternativas energéticas que provean a estas de combustibles sustentables, como el hidrógeno verde, sin emisiones de CO2.
En principio, esta alianza permitirá la transformación de la matriz energética de la base antártica “Profesor Julio Escudero”, del INACh.
“Esta preocupación científica está en línea con la renovación de tres bases del INACh, cuyo diseño tiene como prioridad ser amigable con el medioambiente, incluyendo la forma en que generaremos energía para su operación, por eso nuestro interés en explorar alternativas como el uso del hidrógeno verde”, destacó el director de INACh, Marcelo Leppe.
En tanto, Rainer Schröer, director del Programa de Energía de GIZ, explicó que “vemos en esta iniciativa un impacto muy positivo que beneficiará a este continente único y que servirá de referente para que otras naciones puedan migrar a sistemas cero emisiones”.
Por su parte, Jaime Vásquez, presidente de la Fundación Antártica 21, afirmó que “este potencial de producción de hidrógeno verde en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena ofrece oportunidades concretas para impulsar la transformación y transición energética de las bases antárticas”.
Los próximos pasos de esta iniciativa son la evaluación técnica de diferentes alternativas tecnológicas y logísticas para buscar la solución óptima, así como sumar a otros socios en esta tarea que beneficiará a un lugar único en el mundo.