Desde hace un tiempo a la fecha, en distintos rincones de Chile se ha ido levantando un movimiento para atender a las personas -especialmente mujeres-, que padecen de la llamada “guatita de delantal”, una patología derivada de la obesidad, y que según los últimos datos, son cerca de 256 mil personas que sufren esta patología.
Si bien no existen cifras desglosadas a nivel regional, en el año 2019 trece mujeres pudieron acceder a un programa especial para realizarse una abdominoplastía, cirugía que permite reparar la pared del tronco desde el área del ombligo hasta la zona pélvica. Sin embargo, éste es sólo uno de los escasos planes para mejorarle la calidad de vida a las personas que tienen “guatita de delantal”.
No cabe duda que las personas que viven con obesidad, tienen la necesidad y la urgencia de cambiar su aspecto. Ello, no sólo por razones de orden estético o de vanidad, sino que de salud. Por ello, urge la adopción por parte del Estado, de medidas tendientes a consagrar el financiamiento y cobertura de esta cirugía a quienes viven día a día con una patología como al descrita.
La obesidad está asociada a los siguientes problemas de salud físicos y emocionales: enfermedades del corazón, hipertensión arterial, problemas en las articulaciones, artrosis, enfermedades respiratorias, cálculos en la vesícula, várices, hernia hiatal, baja autoestima, intento de suicidio, cáncer, diabetes, alteraciones endocrinas, hígado graso, apnea del sueño, bajo rendimiento laboral y escolar.
Ya han existido en el país iniciativas gubernamentales tendientes a otorgar cobertura a determinados pacientes par la realización de abdominoplastías, donde destaca el programa de cirugías de 2019. Un paso adelante, sin duda, pero insuficiente y donde la ciudadanía demanda cambios sustantivos.
En este sentido, urge que la abdominoplastía sea una política pública de salud de carácter permanente, y que el Estado garantice su acceso mediante la incorporación de la patología a las garantías explícitas de salud (GES/AUGE).
Ello, como una forma de devolverles calidad de vida y condiciones de salubridad a las personas aquejadas por obesidad, atendido especialmente, los problemas de salud que derivan de este tipo de patologías, y los problemas sociales del mismo.
Es fundamental que el Ejecutivo recoja el guante en esta materia, con el objeto de devolverle la dignidad, mejorar la calidad de vida de miles de mujeres y de hombres que se encuentran viviendo con esta condición de tener, por múltiples factores la llamada “guatita de delantal”, lo que conlleva a múltiples problemas de salud, tanto físicos como psíquicos, y también problemas de carácter social.
La adbominosplastía tiene un valor hoy que se acerca a los 4 millones de pesos. Una cifra inalcanzable para personas de clase media y más vulnerables que padecen de la “guatita de delantal”. Incorporar esta patología al GES, es además facilitarles la posibilidad de acceder a una cirugía y tratamiento que, en cualquier otra circunstancia, es imposible de costear.