Hace algunos años tristemente nos enterábamos del financiamiento de las campañas y en el engaño en que habían incurrido diversos sectores para llegar al poder. Mi generación, de una u otra forma, quedaba exculpada de estas acciones y nos levantamos con la fuerza y las ganas de cambiar las cosas.
Paso a paso se fue avanzando, llegando hoy a tener un Presidente de la República de solo 36 años. No vamos a descubrir las capacidades de Gabriel Boric, de cómo emerge y finalmente cómo se instala en el más alto cargo de Chile; pero claramente también existe el componente de esa misma juventud que rechaza y se rebela contra las malas prácticas, cosa que fue factor para el triunfo en las últimas presidenciales
La debacle de Rojas Vade en la Constituyente fue un remezón político muy fuerte para todos. Se afectó irreparablemente la confianza de los hombres y mujeres que se encuentran escribiendo nuestra nueva Carta Magna. Puso piedras en el camino que ha costado sortearlas.
Pues bien, este mismo órgano constituyente aprobó con 122 votos a favor que “no podrán optar a cargos públicos ni de elección popular las personas condenadas por crímenes de lesa humanidad, delitos sexuales y violencia intrafamiliar. Aquellos vinculados con corrupción, fraude al Fisco, lavado de activos, soborno, malversación de caudales públicos”.
Pues bien, Mega y su área de reportajes ha puesto en la palestra la campaña anterior de Karina Oliva a la Gobernación de la Región Metropolitana, dejando en evidencia intentos de sacar recursos que no correspondían en sus declaraciones de campaña.
Primero fueron boletas de honorarios abultadas de sus equipos de trabajo más cercanos (extraño, siendo que en las campañas normalmente uno se compromete con ideales y proyectos colectivos más que con pagos en dinero), y, por otra parte, pagos de actividades que nunca se hicieron o con precios irrisorios.
Nuevamente el actuar de una o un grupo de personas daña severamente la confianza de las y los ciudadanos, y no solo eso, daña a la coalición de Gobierno que debe andar dando respuestas por actores y actrices inescrupulosos que no se sonrojaron al intentar sacar fondos del Estado.
El presidente Boric lo dijo cuando era candidato y el caso Oliva explotó: “No puede haber enriquecimiento con platas públicas. Me parece que cuestiones de estas características son inaceptables; no vamos a trepidar en hacer ningún tipo de defensas corporativas. Venimos acá para cambiar las prácticas”.
Ese es el espíritu que nos debe empapar, el hacer bien las cosas, de cara y de frente a las gentes de todo el territorio. El llamado del Presidente debe retumbar en cada uno de los espacios políticos y públicos, y quienes estén involucrados de alguna otra forma no pueden tener cabida.