Antes del estallido social y la pandemia, el turismo se estaba consolidando como una de nuestras principales actividades económicas. Por eso los desafíos que se vienen para la Región de Magallanes y Antártica Chilena post pandemia son muchos. Independiente de que las cifras eran muy positivas hasta las temporadas 2018-2019 o 2019-2020, con un notable crecimiento, aún falta mucho por hacer. Hay que diversificar los destinos, porque no nos podemos quedar solo con las Torres del Paine; por eso es fundamental que las iniciativas gubernamentales se concreten a la brevedad. En eso deberán tener mucha injerencia las máximas autoridades regionales. Dentro de los proyectos están el diseño, construcción y mejoramiento de la ruta de navegación por el sector de El Kirke; el diseño de infraestructura portuaria para Puerto Natales, que permitirá que buques de turismo de gran tamaño lleguen a la capital de Última Esperanza y, por ende, aumente el arribo de turistas y demanda de servicios y logística. A su vez, en la provincia de Magallanes está el mejoramiento de la infraestructura portuaria, el diseño y construcción del Centro Antártico; el camino que unirá las comunas de Río Verde y Puerto Natales generando un trazado alternativo a la Ruta 9, que va desde Punta Arenas hasta la capital de Última Esperanza; la ruta a Cabo Froward, entre otros. En Tierra del Fuego, la ruta entre Porvenir-Manantiales y entre Porvenir-Onaisin, que comunicará la capital de Tierra del Fuego con el sur de la isla, donde hay paisajes maravillosos e inexplorados. Por su parte, en Puerto Williams se debe concretar la construcción del aeródromo Guardiamarina Zañartu y mejorar la infraestructura portuaria. Son muchas las cosas que faltan por hacer, estas son las de primera necesidad y en las que se debiera acelerar.