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Columna de opinión

Ballena azul Antártica, pigmea y chilena ¿cuál tenemos en Chile?

general
26/08/2022 a las 16:33
Periodista Web 3
1701

Dr. Jorge Acevedo, Investigador Centro Regional Fundación CEQUA

La ballena azul es el animal más grande que vive en nuestros días, alcanzando longitudes de hasta 30 m y pesos sobre las 100 toneladas. El nombre común de ballena azul viene por su coloración de la piel que es de tonos azulados con manchas o motas más claras a través de todo su cuerpo. Debido a su gran tamaño fue un blanco predilecto de la ballenería que operaba en todas partes del mundo entre los siglos XIX y XX, ya que un solo animal proveía por lejos, la mayor cantidad de aceite y carne que cualquier otra especie de ballena. Así, el incentivo de cazar estos animales era muy bien recompensados en todos los océanos, hasta que ocurrió lo inevitable, todas sus poblaciones decayeron a tan solo unas cuantas centenas de individuos. Hasta el año 1966, todas las ballenas azules eran conocidas como una misma especie, hasta que el investigador japonés doctor Tadayoshi Ichihara presenta su hallazgo de dos tipos de ballenas azules en el hemisferio sur, la llamada ballena azul antártica que corresponde al gran animal que se conocía hasta esa fecha, y otra que era cerca de 3-4 metros más pequeña conocida ahora como la ballena azul pigmea. Pero 3 o 4 metros de diferencia no es gran cosa para animales cuyas longitudes superan los 20 metros, sin embargo, aunado a la diferencia de longitud había otras relacionadas con la proporción de longitud del ancho de las placas de barbas, la proporción de la longitud de la región caudal (medida desde el ano a la escotadura caudal) con respecto a la longitud total del animal. Además, estas ballenas azules pigmeas se segregan latitudinalmente durante el verano austral ocurriendo principalmente hasta el norte de los 52°S, mientras que la ballena azul antártica lo hace al sur de esa latitud. Basado en esas principales diferencias y otras que luego fueron surgiendo con el paso del tiempo (e.g., biología, genético, acústico) se reconocieron formalmente ambas formas de ballenas azules como dos subespecies. En este panorama de descubrimiento de subespecies de ballenas azules en la década de los 60’, otro investigador ballenero, el Dr. Robert Clarke, menciona a buen olfato que las ballenas azules que se estaban cazando en Chile sería distinta a las dos subespecies anteriores, una corazonada que en 2007 se puso nuevamente sobre la mesa de discusión científica con la publicación del doctor Trevor Branch y colaboradores, que plantean basado en la talla de hembras sexualmente maduras de varias regiones del hemisferio sur, que las ballenas azules chilenas sería una subespecie separada o población distinta de ballenas azules, abriendo un nuevo e interesante debate que continúa hasta los días de hoy, sobre el estatus taxonómico de la ballena azul de Chile. Basado en datos morfométricos de un estudio biológico de ballenas azules cazados frente a la costa central del país durante la temporada de 1965/1966, y que no había sido examinada hasta el año 2020, investigadores chilenos y norteamericanos mostraron que la longitud corporal máxima y media de hembras y machos de ballenas azules chilenas sexualmente maduros fueron intermedias entre las ballenas azules pigmeas y antárticas; y que las longitudes caudales (medida desde el ano a la escotadura caudal) de las ballenas chilenas fueron significativamente diferentes a las ballenas azules pigmeas del Océano Índico, pero no altamente diferenciable de las ballenas azules antárticas. Sin embargo, las mediciones entre el centro del ojo y la punta del hocico de las ballenas azules chilenas mostraron un cierto grado de diferenciación de las ballenas azules chilenas con respecto a las otras dos subespecies (pigmea y antártica). Aun cuando otras piezas del puzzle faltan por ubicar, los resultados de otros tipos de estudios (acústica, genética y telemetría satelital) que se han ido sumando al análisis de morfometría, convergen en la misma dirección que indica que las ballenas azules de Chile son una población distinta, pero más interesante es que las evidencias son consistentes con el planteamiento de que las ballenas azules chilenas serían, al menos, una subespecie diferente de la ballena azul pigmea y me atrevería a decir que también de la ballena azul antártica.

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