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Director Nodo Ciencia Austral e investigador de la UMAG, Juan Carlos Aravena:

“Hemos forjado un trabajo colaborativo en ciencia entre instituciones que tenían una baja conexión en la macrozona”

cronica
20/09/2022 a las 18:08
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Tras 20 meses del proyecto que vincula a las regiones de Aysén y Magallanes, los representantes que ejecutan la iniciativa destacan la articulación de una red para la Macrozona Austral, permitiendo avanzar en conjunto en el desarrollo de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación de ambos territorios.

Fue en 2020 que nació la iniciativa Nodo Ciencia Austral, que busca contribuir al fortalecimiento del ecosistema de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación en la Macrozona Austral, que incluye las regiones de Aysén y Magallanes.

El equipo está compuesto por cerca de 30 profesionales, entre ellos científicos, sicólogos, ingenieros y periodistas, todos habitantes de la Macrozona Austral.

Desde hace 20 meses que los profesionales se reúnen cada semana en encuentros virtuales liderados por el doctor Juan Carlos Aravena, biólogo e investigador de la Universidad de Magallanes (UMAG).

De esta manera, la realización de diversos diálogos, talleres y encuentros confluyeron en un diagnóstico transversal y específico sobre la macrozona que identificó las brechas, desafíos y capacidades en materia de CTCI. Para posteriormente continuar con la elaboración de la hoja de la ruta, un inédito instrumento de planificación macrozonal hacia 2030 que será presentada en los próximos meses.

Primeros avances

Dsde Nodo Ciencia Austral comienzan a visualizarse los primeros resultados de este proyecto.

Uno de ellos, destaca el director del proyecto, Dr. Aravena, es que se ha logrado implementar un trabajo articulado entre instituciones de las regiones.

”Al momento de comenzar a trabajar como equipo ni siquiera nos conocíamos, por lo tanto el nodo logró forjar un trabajo colaborativo y de intercambio entre instituciones que anteriormente tenían una baja conexión, porque en nuestra macrozona usualmente trabajamos muy aislados”, dijo Aravena.

Masas críticas

Durante el proceso de diagnóstico, una de las brechas identificadas más fuertes que tienen las regiones australes es la masa crítica, no solo de investigadores sino en todos los estamentos.

“Masas críticas son de las necesidades que sabíamos, pero el trabajo del nodo sirvió para sistematizar mejor las brechas y entenderlas de mejor forma”, agrega el director de Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), Giovanni Daneri.

Cómo fue planteado y cómo se fue desarrollando el trabajo del Nodo Ciencia Austral ha sido parte de la evaluación positiva de los representantes de las instituciones que implementan este proyecto.

“Nosotros mismos fuimos identificando las brechas y desafíos y proponiendo las líneas de investigación.

Los científicos estamos siendo mucho más conscientes de la pertinencia que tiene que tener la investigación, y sobre todo la pertinencia regional. El nodo ha ayudado a identificar esas necesidades”, comenta Daneri.

Nuevo escenario

Con esta iniciativa se abrió un nuevo escenario, permitiendo que representantes de ambas regiones planificaran en conjunto el desarrollo de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación para sus territorios.

Al respecto, Andrea Foessel, de la Universidad de Aysén, indicó que esto ha permitido “visibilizar las necesidades y brechas existentes, pero también nos ha ayudado a coordinarnos y a conversar, ha hecho que estas instancias sirvan para conectarnos, planificar, priorizar, qué es lo que queremos y qué es lo que podemos hacer como macrozona”.

El Instituto Chileno Antártico releva el aporte en materiales de análisis e investigación empírica sobre el desarrollo del ecosistema de CTCI de la Macrozona Austral que se ha logrado durante el transcurso del proyecto.

“Particularmente ha permitido cartografiar el campo del conocimiento de la ciencia antártica nacional; conocer en profundidad la participación de los centros de investigación en la producción científica; las redes de colaboración, el impacto de los instrumentos de financiamiento y las brechas y desafíos en la Macrozona Austral”, manifiesta Elías Barticevic, investigadora y jefa de la Sección Concursos de Inach.

Expectativas cumplidas

En esa línea, el director Juan Carlos Aravena señala que -a 20 meses de implementación del Nodo- se han cumplido las expectativas con creces, ya que al principio no estaba nada claro que el proyecto fuera a resultar.

“Las expectativas al inicio eran bajas, en el sentido que nos parecía que era un ejercicio muy trabajoso, muy complicado, y no estábamos seguros de que iba a tener alguna relevancia porque podía ser un trabajo meramente académico y sin demasiada influencia en lo que pasaba en el ecosistema de ciencia y tecnología. No necesariamente lo que uno está haciendo va a tener algún impacto. La trascendencia ha sido una pregunta recurrente que nosotros nos hemos estado haciendo desde el inicio”, señaló.

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