Hace poco más de un mes se inició el proceso de vacunación bivalente a nivel nacional para el personal de salud y personas inmunosuprimidas. Luego se amplió el rango para personas mayores de ochenta, setenta y el último en incorporarse fueron las personas de 60 años.
Los números no han sido los esperados. Puertas adentro se nota una preocupación, aunque lo que “tranquiliza” es el bajo impacto en la red asistencial y ocupación de camas críticas.
En entrevistas con medios nacionales, las autoridades de salud Ximena Aguilera, Cristóbal Cuadrado y Fernando Araos habían indicado que los grupos iban a ir descendiendo en los próximos meses, algo que no se cumplió porque semanas después del primer grupo objetivo los otros lo hicieron de forma inesperada.
La enfermera encargada del Programa Nacional de Inmunización (PNI) de la Seremi de Salud, Janet Vrsalovic, considera que el descenso se debe a que “la población es harta y lo que se ha vacunado es bajo”.
La profesional agrega que el Ministerio de Salud realiza estrategias para que las vacunas puedan ser utilizadas y evitar la pérdida del producto.
- ¿Le podemos llamar quinta dosis?
“Esta no es una quinta dosis. Es única, anual, combina dos cepas de virus original (SARS-CoV-2) y Ómicron. Los estudios empezaron a indicar que necesitamos un refuerzo, porque nuestro sistema inmunológico mantenía la protección por alrededor de seis meses. Con esta variante que se incorporó (Ómicron) nosotros podemos prolongar esa protección y ayudamos a nuestro sistema a mantenernos protegidos”.