Este jueves el Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas condenó a los acusados de una fallida quitada de drogas que concluyó con un contador baleado y en riesgo vital. Fueron hallados culpables por robo con violencia y homicidio frustrado.
Los hechos ocurrieron el 20 de octubre de 2020. Eran horas de la tarde cuando Jorge “Coky” Aguilar, Miguel “Rulo” Raniele, Valesca Segovia y un cuarto sujeto no identificado concurrieron a un inmueble en Prolongación Manuel Aguilar a bordo de un vehículo.
La mujer tocó la puerta para solicitar una botella de agua por un supuesto problema mecánico, pero todo era un engaño. La banda ingresó a la casa y amarró a la víctima con cinta de embalaje y cuerdas de guitarra.
Mientras estaba maniatado, los primos del morador –que viven cerca del lugar– lo llamaban incesantemente al celular. Como no respondía, dos de ellos arribaron a la casa y se encontraron con la quitada de drogas.
La banda se vio descubierta y huyó con el teléfono de la víctima en su poder. En la fuga utilizaron sus armas de fuego. Una de las balas concluyó en el cráneo de un primo, quien sufrió un TEC y salida de tejido cerebral. Otros proyectiles terminaron en el espejo y una caja de pañales de una pieza.
Según la acusación, la banda permaneció oculta durante casi un mes gracias al acusado Luis “Calafate” Villarroel, quien los albergó en sectores rurales de Punta Arenas.
El juicio
Segovia y Aguilar se presentaron al juicio arriesgando presidio perpetuo calificado. Ambos estaban acusados por robo con violencia calificado y disparos injustificados. Villarroel estuvo acusado como encubridor y arriesgaba cinco años de cárcel. El cuarto imputado, “Rulo” Raniele, falleció por causas naturales en enero y quedó sobreseído.
En las 11 jornadas que duró el juicio, la Fiscalía presentó la investigación de la Brigada de Homicidios y el Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la PDI. En la rendición de pruebas estuvo la víctima, quien debió comunicarse con señas ante el tribunal, pues perdió la capacidad del habla.
Este jueves se leyó el veredicto en contra de los acusados. Los jueces absolvieron a “Coky” y Segovia por disparos injustificados, pero los condenaron por robo con violencia tentado y homicidio frustrado.
Respecto de “Calafate” Villarroel, todos los acusados lo sindicaron como el cuarto sujeto que participó en la quitada de drogas. Incluso habrían videos que lo posicionaban en el lugar. Sin embargo, los jueces no llegaron a esa convicción y lo condenaron como encubridor de los delitos. Además, los magistrados rechazaron la agravante de haber perpetrado los delitos en grupo o pandilla.
La sentencia en contra de los acusados se lee el 9 de diciembre. Respecto de “Coky” y Segovia, el fiscal Manuel Soto solicita que purguen 10 años de cárcel por cada delito de los cuales fueron condenados.
“El daño causado por el tipo de lesión que causaron es grave, debería considerarlo el tribunal en el momento de la dictación de la sentencia”, dijo el persecutor.