Dentro de la red alimentaria de los ecosistemas acuáticos del mundo, se encuentra el fitoplancton, sustento de organismos mayores quienes dependen de su biomasa.
Otro dato que ratifica su importancia es que en la producción de oxígeno, el 50% de lo que respiramos es producido por estos organismos.
La comunidad científica busca monitorear constantemente los cambios que estas especies experimentan, principalmente en un contexto de cambio climático.
Desde hace algunas décadas, los sensores satelitales han permitido registrar datos observacionales con alta resolución espacial (cientos de kilómetros) y temporal (décadas) de la evolución y dinámica del fitoplancton en la superficie de los océanos.
Actualmente, gracias a los avances tecnológicos, estos instrumentos tienen una mayor capacidad de análisis, detectando parámetros más específicos como la estructura de la comunidad fitoplanctónica y/o su composición por grupos funcionales.
Sensor de luz
Una relevante noticia fue la adquisición, por parte del Centro Ideal, de un avanzado sensor de luz (radiómetro hiperespectral Ramses), que permitirá obtener perfiles de irradiancia a través de la columna de agua en la Patagonia chilena y la Península Antártica.
Las mediciones obtenidas por este instrumento serán usadas para registrar las propiedades bio-ópticas del agua en zonas costeras altamente complejas, dada su dificultad de acceso y condiciones climáticas.
Estos datos de terreno permitirán complementar la calibración de los sensores satelitales ambientales que detectan el color del océano a escala regional.
“Con este equipo, en complemento con otras mediciones de la columna de agua, podremos obtener huellas bio-ópticas específicas de la comunidad fitoplanctónica a escala local, y en particular, de algunas especies que pueden generar toxinas. El objetivo final es generar relaciones empíricas entre variables biológicas y ambientales, las que después son usadas por los satélites”, explicó la doctora Andrea Corredor-Acosta, investigadora de Ideal.
Él también científico de Ideal, doctor José Luis Iriarte, señaló que este instrumento será de gran valor para la Patagonia.
“Permitirá el estudio de las Floraciones Algas Nocivas (FAN o mareas rojas), y el efecto del derretimiento acelerado de los glaciares de montaña, fiordos y bahías antárticas, dos problemáticas que persisten en el maritorio y que se asocia con los efectos del calentamiento global en la atmósfera”, mencionó.
Este nuevo instrumento oceanográfico será utilizado en una próxima campaña científica desarrollada por el Centro Ideal, en el primer semestre del año.
Además, se lanzará en actividades regulares como series de tiempo instaladas en zonas costeras de Punta Arenas y Antártica.