Hace apenas unas semanas y tras un trámite legislativo que contó con la aprobación de todos los sectores políticos, fue promulgada por el Presidente Gabriel Boric en una ceremonia en el Palacio de La Moneda, la Ley 21.545, más conocida como “Ley TEA” fue publicada el viernes pasado en el Diario Oficial de la República, con lo cual pasó a regir oficialmente en nuestro país.
El texto legal busca establecer los deberes del Estado con las personas con TEA para asegurar el desarrollo personal, la vida independiente, la autonomía y la igualdad de oportunidades, además de asegurar el derecho a la igualdad de oportunidades y resguardar la inclusión social de los niños, niñas, adolescentes (NNA) y adultos con TEA. De esta forma, la ley termina con cualquier forma de discriminación, para promover un abordaje integral de dichas personas en el ámbito social, de la salud y la educación.
Pero bien es sabido que una ley, por muy bien intencionada y necesaria que sea, puede volverse letra muerta si no es bien implementada. ¿Estamos listos en Magallanes para implementar la Ley TEA? ¿Cuáles son los desafíos inmediatos en el sistema educativo para comenzar a hacer de esta nueva norma una realidad tangible que mejore la vida y contribuya a la integración de los niños y jóvenes con TEA?
Hacer realidad la ley
Más allá de que en muchas comunidades escolares aun exista mucho desconocimiento en torno al espectro autista, y de que muchos docentes y asistentes de la educación todavía no hayan recibido una formación adecuada para trabajar día a día con niños y jóvenes con TEA, tanto los establecimientos educativos como las autoridades gubernamentales están realizando un esfuerzo sistemático para poder implementar esta nueva ley y poner en práctica sus lineamientos.
Trabajo en equipo
Al respecto, el seremi de Educación, Valentín Aguilera, señaló: “Estamos trabajando con organizaciones de la sociedad civil, con los equipos de Educación Especial y del Departamento Provincial en una agenda relacionada a las necesidades que tienen los estudiantes con diagnóstico TEA”.
Respecto de las actividades y hechos concretos que se han estado desarrollando en las últimas semanas, Aguilera detalló que “entre las acciones que hemos considerado, se encuentran la sensibilización sobre la Ley TEA entre equipos directivos, el acompañamiento a programas de integración escolar de la región, así como el desarrollo de espacios de trabajo intersectorial con otros servicios públicos para dar respuesta a diferentes requerimientos que hemos visualizado en nuestras reuniones”, informó el seremi.
Respecto a lo último, la Seremi de Educación ha sostenido reuniones de trabajo y coordinación con organizaciones de la sociedad civil y fundaciones durante los últimos meses, tendientes a crear un ambiente de colaboración estrecho con la comunidad TEA, concretamente en torno a sus necesidades en el ámbito educativo. El objetivo es claro y pasa por evitar a toda costa que las disposiciones de una ley que generó tanto consenso a nivel político y social acaben convertidas en letra muerta por la falta de voluntad en su aplicación, o por la incapacidad de las autoridades para escuchar a las agrupaciones que conocen de primera mano la realidad del autismo.