Como se señaló en la columna anterior, hoy día se hará referencia a las relaciones interpersonales sanas, para poder diferenciarlas de las relaciones tóxicas.
Las relaciones interpersonales saludables, son aquellas que enriquecen y hacen sentir bien a quienes las conforman. Es sabido que mantener relaciones sociales saludables afecta positivamente a la salud mental. Las relaciones sanas y enriquecedoras se pueden dar tanto en lo vínculos familiares, de amistad, trabajo o de pareja.
Algunas características de las relaciones saludables son las siguientes:
- Quienes sostienen relaciones saludables, se sienten felices al ver que los otros tienen éxito. Si las relaciones son sanas y armónicas, las personas se motivará para ser mejores para crecer y desarrollarse.
- Las personas que se relacionan de una manera sana, se aceptan como seres independientes que están compartiendo su tiempo y espacio con otros, en lugar de depender de ellos. Son capaces de mantener y respetar la privacidad del resto y no invaden los espacios ajenos.
- Se aceptan y celebran las diferencias y no hay intenciones de cambiar al otro y son capaces de aceptarse tal cual son. Además, aprenden a complementarse.
- Los integrantes de una relación sana, tienen poderes de decisión similares. A la par saben tomar las opciones que son las mejores para quienes conforman dicha relación.
- Confían unos en otros, son honestos acerca de sus opiniones y sentimientos y son capaces de comunicar sus emociones, para evitar malentendidos.
- Sienten que pueden mostrarse tal cual son. Frente a los otros se sienten libre de ser tal como son, porque se sienten aceptados y respetados.
En síntesis: en una relación saludable las personas se respetan y se aceptan, se tienen confianza y se apoyan, buscando resolver juntos los conflictos. Pueden compartir sus ideas y sentimientos en forma abierta y se sienten libres de ser ellos mismo.
Algunas propuestas para mejorar las relaciones interpersonales:
- Ser confiable, para conseguirlo hay que mantener la integridad en cuanto a opiniones y acciones, evitando cambiar constantemente de ideas respecto de lo que se dice o se hace.
- Ser honestos. La honestidad consiste en no engañar a los demás. Estas personas además de ser transparentes, son capaces de decir las cosas directamente, y evitan usar intermediarios para comunicar sus opiniones, porque saben que la información se puede distorsionar cuando no es contada de primera mano.
- Para mejorar las relaciones con los demás es necesario practicar la escucha activa, la cual consiste en atender al discurso de las otras personas sin interrumpirlas, dando señales de que se comprender lo que el otro dice.
- Tener empatía. Es decir, poseer la capacidad de ponerse en el lugar de los otros.
- Un aspecto esencial que hay que considerar es el siguiente: Hay que dirigir las críticas hacia comportamientos concretos, no hacia las personas. De este modo, se minimizarán las probabilidades de ofender al otro. A la vez, se estará expresando claramente qué tipo de actitudes y acciones deben ser corregida o mejoradas.