Los limites laborales son aquellas barreras que se establecen en el trabajo para definir los comportamientos aceptables, entre quienes se desempeñan en una organización, con el fin de fomentar una sana convivencia. Además, estos permiten aumentar la satisfacción laboral favoreciendo un clima saludable. Si no se respetan estas barreras, quienes trabajan pueden terminar sobrecargados, con el riesgo de experimentar estrés crónico 

Los límites son especialmente importantes para asegurar un balance entre la vida laboral y personal. Cuando estas barreras no están correctamente definidas, se puede afectar tanto la productividad, como la salud mental del trabajador

Algunas sugerencias para poner límites en el trabajo

-Conocer muy bien tanto el contrato como el reglamento, porque aquí están establecidas todas las responsabilidades y expectativas tanto del empleador como del trabajador. Al igual que las normas como las reglas de la organización.

-Distinguir el estatus y el rol. El estatus es una posición socialmente definida en un grupo o sociedad, caracterizada por ciertas expectativas, derechos y deberes. Tómese un instante para responder “¿Quién soy?”. Para determinarlo hay que meditar sobre la identidad social, que se deriva del estatus que se ocupa. El rol es el aspecto dinámico del estatus. Es un conjunto de expectativas de comportamiento asociadas con un estatus dado. Por ejemplo, un psicólogo clínico puede realizar psicoterapia, pero no puede prescribir medicamentos.

-Identifique sus no negociables. Es decir, los aspectos en los que realmente no está dispuesto a ceder. Por ejemplo: no robar

-Comprenda su valor. Hay que reconocer que el tiempo, energía, habilidades y experiencia valen. Algunas personas para probar su valía trabajan muchísimo más de lo que les corresponde. Sin embargo, esto hace que su cuerpo tenga que llevar un ritmo que en el largo plazo se torna en insostenible, lo que puede desencadenar el estrés crónico.

-Comunique sus límites de manera clara. Hay que hacerlo de manera directa, sin dejar de ser empático, respetuoso y amable. Comuníquese desde lo que es su punto de vista, sin culpar al otro, ni criticar. Esto evitará que la otra persona se ponga a la defensiva. Es muy importante ser claro, de esta forma, se dará a entender mejor y es más probable que obtenga un mejor resultado. De ninguna manera hay que hacerlo de forma insegura, disculpándose o restando su importancia.

-Saber decir no. Las personas a las que les cuesta decir “no” tienen mucho miedo a que piensen mal de ellas o a los conflictos. Por ello revise qué es lo que teme. Intente ser breve, amable y claro. Esto es clave. Con un tono firme y sencillo, con frases cortas, dígale que no puede hacerlo. Es importante no dar explicaciones en exceso porque esto puede transmitir inseguridad. Cuando le propongan algo no diga “sí” enseguida. Dase un tiempo para pensar si realmente quiere o puede hacerlo

Algunos ejemplos de límites en el trabajo son los siguientes:

-Circunscribirse a trabajar solamente durante el horario laboral.

-Ceñirse a realizar las tareas que están dentro de la descripción de su rol.

-Desconectarse efectivamente del trabajo en tu tiempo libre.