Un reciente estudio de la consultora Pivotes concluyó que la industria salmonera chilena se está estancando y la brecha con su mayor competidor, la acuicultura noruega se amplía más y más.
El estudio reconoce además que la industria acuícola chilena también tiene una negativa reputación ambiental ante la opinión pública.
Para explicar el primer argumento, el estudio incorpora datos de las concesiones de acuicultura en Chile y recalca que de las 1.353 concesiones entregadas desde 1981 hasta 2022, solo 15 han sido otorgadas en los últimos 7 años. En contraste, el crecimiento de las licencias de acuicultura en Noruega ha sido constante, con una leve tendencia al alza en el período analizado. “Este fenómeno muestra el riesgo que nuestro país tiene de quedar rezagado en la industria”, sostiene Sierpe.
Noruega es el principal competidor de Chile en la industria salmonicultora internacional. Este país ha declarado su interés de triplicar su producción de salmón al año 2050.
Magallanes
Un aspecto relevante para Magallanes es que el estudio revela que, de acuerdos a datos del Banco Central, la salmonicultura representa el 7,9% del producto interno bruto de la región de Magallanes. y casi el 5 por ciento del empleo en la Región de Magallanes.
Daño ambiental
En cuanto al daño ambiental, el estudio reconoce que esta industria ha sido muy cuestionada por el impacto que genera en los ecosistemas que la industria ganadera que “el impacto ecológico de la salmonicultura es muy bajo en comparación con otras fuentes de proteína. La actividad emite menos Gases de Efecto Invernadero (GEI), utiliza menos suelo y provoca una menor contaminación del agua, junto con un uso de alimento que es altamente eficiente”.