Chile nuevamente apareció en un ranking de la revista The Economist. Esta vez, debido a que Chile bajó de la categoría “democracia plena” a la de “democracia defectuosa”. Algo así como que ya dejamos de jugar en primera categoría. ¿Por qué es tan importante este descenso?
En el índice de democracia 2023 finalizamos en el lugar 25 (entre 167 países), con una nota de 7,98 sobre 10 puntos, mientras que en la anterior medición, nos encontrábamos en la posición 19. Lo interesante es que, en la elaboración de su índice de democracia, The Economist considera 60 variables que miden cinco características: sistema electoral y pluralismo; funcionamiento del Estado; participación política; cultura política, y libertades civiles.
El índice no solo mide las instituciones formales de la democracia, sino también las actitudes de la ciudadanía hacia la democracia y la percepción del funcionamiento de la misma. En resumen, provee un panorama sobre el compromiso de la ciudadanía en el funcionamiento de la democracia. El ranking mostró que América Latina, si bien es la tercera región más democrática del mundo, después de Europa Occidental y Norteamérica, presenta algunas debilidades.
El talón de Aquiles de la región, que obtiene buenas calificaciones en sistema electoral, pluralismo, y libertades civiles, radica en el funcionamiento de la democracia, la baja participación política y la baja cultura política. Ahora tenemos elecciones libres y derechos básicos de los ciudadanos respetados, pero un bajo nivel de confianza en la política, un bajo nivel de participación democrática, y una cultura política no tan favorable para la democracia. Lo anterior puede sintetizarse también como un alto nivel de polarización.
Chile tiene hoy diversas leyes que permiten que nuestro país hoy tenga una democracia plena, sin embargo nuestra cultura no está permitiendo aquello y es por eso importante la educación cívica y que quienes habitamos este hermoso país seamos capaces de valorar nuestra democracia y por sobre toda las cosas cuidarla.