La adolescencia es una etapa marcada por variados cambios fisiológicos, físicos, sociales, emocionales, entre otros, los que se traducen en diferentes estilos de vida. En los últimos años se ha visto un aumento del sedentarismo entre los adolescentes, quienes prefieren ocupar su tiempo libre en actividades como ver la televisión, uso de redes sociales o jugar videojuegos, en vez de realizar algún tipo de actividad física.

Varios estudios muestran diferencias significativas entre los adolescentes que realizan algún tipo de deporte o actividad respecto a aquellos sedentarios, observando una tendencia de aumento en las calificaciones o notas escolares en el primer grupo, demostrando que la actividad física también tiene un impacto positivo en el rendimiento académico. A ello se suman los beneficios físicos, como mejor funcionamiento de los sistemas cardiovascular y endocrino; aumento de la flexibilidad; impacto positivo en la oxigenación del cerebro; desarrollo de destrezas y habilidades motoras, y aumento de los niveles de fuerza, masa muscular y coordinación, entre otros. Desde el punto de vista sicológico, se aumenta la sensación de bienestar, hay mayor desarrollo de la capacidad cognitiva, se regulan los niveles de estrés, y ayuda a combatir los síntomas de la depresión, entre otros.

Mediante una encuesta  en donde participaron menores de 18 años, en el cual el 60% de los encuestados dijo realizar deporte por salud mental y física, cifra que refleja el conocimiento de este grupo etario respecto a los beneficios de hacer ejercicios y mantenerse activo. Además, un 92% manifestó que le gusta ir en solitario o sólo acompañado de un amigo al gimnasio, y un 46% afirma que entrena porque sus tutores o padres lo motivan a practicar actividad física.

La salud física es  importante y es por eso que es importante que los jóvenes sigan motivándose y realizando actividad física, ya que sus beneficios son múltiples y, por otro lado, los padres deben motivar a sus hijos a salir de sus casas y realizar más ejercicio.