Después de meses de preparación, la tripulación de relevo destinada al faro “Islotes Evangelistas” partirá hacia el sector occidental del Estrecho de Magallanes, donde realizarán funciones importantes para los navegantes australes que ingresan o salen de esta importante ruta marítima internacional.
De esta manera, el patrullero oceánico “Marinero Fuentealba” llevará a cabo la operación de reabastecimiento y relevo de la dotación de uno de los faros más inhóspitos que existen. Este faro fue construido por el ingeniero George Sligth a fines del siglo XIX y se conoce como “la roca” en los fareros del fin del mundo.
El cabo primero Eduardo Bravo fue nombrado como el nuevo líder del faro. Se trata de un experto con una extensa experiencia en faros aislados en la Región de Magallanes y Antártica Chilena.
El propio Bravo explicó que “las tareas que realizaremos en esta extrema repartición corresponden a control de tráfico marítimo, recopilación de datos meteorológicos y soberanía efectiva, guiando a los navegantes a llegar a sus destinos sanos y seguros”, comentando además que “junto a mi equipo vamos a ejercer esta gran función y responsabilidad, escribiendo una historia más de los fareros del fin del mundo”.
En esta apartada repartición pasarán un período de aislamiento de cuatro a cinco meses mientras trabajan de manera coordinada y constante para proteger la vida humana en el mar y proteger nuestro mar.
El jefe de faro cabo primero Faro, Eduardo Bravo; el cabo segundo Faro, Marco Moscoso; el marinero primero Rubén Ramírez; y el marinero primero Faro, Carlos López, forman parte de la dotación que se enfrentará a las condiciones meteorológicas extremas en el pequeño islote oceánico, donde se han registrado vientos de hasta 250 kilómetros por hora y “condiciones de tormenta” prácticamente permanentes.