El Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián (USS), realizó un estudio para medir las percepciones y experiencias de los chilenos en materias relacionadas con la ciberseguridad y las acciones preventivas que realizan las personas en entornos digitales, arrojando resultados verdaderamente preocupantes.
El 94,3% de las personas consultadas indicó haber recibido alguna vez un correo o mensaje de phishing, técnica de estafa en línea que trata de suplantar la identidad de una empresa, institución o persona de confianza para acceder a información confidencial del usuario. De este total, 66,0% de los encuestados informa haber eliminado el correo en cuanto lo recibió, sin necesidad de abrir el mensaje. Mientras que el 25,9% dijo haber recibido un correo de este tipo y, luego de su apertura, lo eliminó sin pinchar en algún enlace malicioso inserto.
Respecto a este tipo de engaños en el ámbito personal, que considera casos como robo de identidad, robo de cuenta de correo, WhatsApp o red social o fraude con tarjeta de crédito, el 30% de los consultados manifiesta haber sido afectado directa o indirectamente por un incidente de ciberseguridad, pero menos de un quinto de ellos realizó la denuncia a Carabineros, Policía de Investigaciones (PDI) o Ministerio Público.
Los resultados demuestran una creciente actividad criminal en las redes y demandan, por un lado, mayor inversión en ciberseguridad y capacitación en las empresas y, por otro, un masivo programa de alfabetización digital para enseñarle a la gente a no caer en este tipo de delitos, desde cómo almacenar claves hasta el no uso de redes públicas para hacer transacciones bancarias.
En cuanto a la sensación de resguardo en plataformas en línea, las personas consultadas señalaron sentirse más inseguras al utilizar Redes Sociales (RR. SS) que al realizar pagos o transferencias en la web. En el primer caso, 42,6% se declara inseguro o muy inseguro, mientras que, en el caso de transacciones bancarias o compras en línea, el porcentaje se reduce a un 31,5%.
Asociado a lo anterior, un 56,6% de las personas expresó que la preocupación por su privacidad y seguridad personal en relación con riesgos como robo de datos personales, fraudes financieros o seguimiento no deseado de sus actividades en internet aumentó en los últimos seis meses. Para el 39,6% esta inquietud se mantuvo igual y solo el 1,3% considera que disminuyó.
No obstante, pese a la desconfianza al usar redes sociales, la gran mayoría (91,9%) indica utilizar plataformas como Facebook e Instagram. De ellos, el 57% de los consultados indica que mantiene todas sus cuentas privadas, mientras que el 28,8% afirma que tiene algunas cuentas públicas y otras privadas y solo un 11,1%, reconoce que tiene configuradas todas sus cuentas como públicas.
Los resultados confirman la necesidad de seguir potenciando la educación, prevención y concientización en ambientes digitales en el país, teniendo en cuenta el aumento considerable de fraudes en línea y nuevos métodos de engaño’’.
Si bien el llamado es a siempre utilizar el sentido común y desconfiar de desconocidos en línea, es necesario aumentar los estándares para proteger la seguridad de las redes informáticas, generar concientización en la ciudadanía y, con esto, ser capaces de evitar o estar mejor preparados para ataques cibernéticos que puedan afectar a la población.