En tiempos de elecciones diversos problemas son relevados y forman parte del debate y las propuestas de las diversas candidaturas. Es así como algunos temas son considerados urgentes y prioritarios por éstas en relación a sus electores, destacando en la agenda mediática seguridad, empleo, economía o infraestructura. Sin embargo, otros temas siendo tan importantes como los anteriores, pasan muchas veces desapercibidos. Excepto por candidaturas autodefinidas verdes o ambientalistas, generalmente los problemas ambientales tienen un protagonismo secundario y escasamente se debaten propuestas para abordarlos. Considerando que queda poco más de un mes para las elecciones aprovecho esta columna para motivar a los candidatos y candidatas para referirse y proponer acciones, recursos e infraestructura frente a los principales problemas ambientales de Magallanes y las comunas que la integran.
Cambio climático: Uno de los problemas ambientales globales que afecta gravemente los ecosistemas y la vida en el planeta es el cambio climático. La sobrepoblación mundial se sustenta en el uso de combustibles fósiles, lo que provoca el aumento de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, responsables del cambio climático. Magallanes tiene una tasa de emisiones per cápita altísima, por lo cual debe avanzar con urgencia en reconvertir su matriz energética y transitar hacia la descarbonización. Todos los proyectos eólicos, en compensación al deterioro del paisaje, deberían contribuir a la matriz energética de las ciudades. Los Gobiernos Regionales deberían exigirlo e invertir fuertemente en líneas de trasmisión. Extrañamente temas como éstos están fuera de las propuestas de las candidaturas. Es de esperar que una nevazón en septiembre refresque las prioridades.
Sequia: Magallanes ha atravesado una larga sequía en la última década, sólo interrumpida por el fenómeno del Niño. La situación alcanzó parámetros alarmantes lo que llevó a decretar emergencia agrícola el verano de 2023. El déficit hídrico tiene enormes consecuencias sobre la economía afectando principalmente la agricultura y ganadería, pero de agravarse podría afectar las actividades de las poblaciones humanas. Se debe hacer una fuerte inversión para asegurar la necesaria provisión de agua a los sectores productivos y procurar una adecuada distribución del recurso. La expansión de las ciudades igualmente debe considerar el acceso al recurso agua. Las comunas presentes en la estepa deberían debatir en profundidad sus alternativas hídricas futuras y la infraestructura requerida.
Residuos domiciliarios e industriales: el retiro, disposición y tratamiento de los residuos sólidos e industriales es uno de los principales desafíos ambientales de la política pública nacional y regional. Si bien se ha avanzado con la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor que procura gestionar los residuos y fomentar el reciclaje, aún estamos lejos de tener una cultura e institucionalidad que lo facilite y permita. Si bien en Magallanes han existido intentos de abordar la materia de los residuos de manera eficiente y respetando las condiciones de los territorios, aún estamos lejos de hacernos cargo. Debemos avanzar en erradicar los vertederos en terrenos islas, se deben financiar proyectos pilotos en las unidades vecinales que incentiven el reciclaje y compostaje, se debe reformular el retiro de residuos domiciliarios con el objetivo de reducir los volúmenes de basura, y aunque parezca obvio se debe disponer en forma diferenciada los residuos domiciliaros e industriales, entre otras acciones.
Biodiversidad: Los ecosistemas y las especies de flora y fauna son diariamente afectados y amenazados por una serie de acciones. Lamentablemente Magallanes no escapa a este problema. La expansión de las ciudades constantemente modifica hábitat, afectando la distribución y abundancia de muchas especies y ecosistemas (los humedales urbanos son quizás los más amenazados). La sobreexplotación de especies y ecosistemas los ha llevado a parámetros de peligro de conservación. El aumento de especies exóticas invasoras ha generado fuertes modificaciones en las interacciones de las especies nativas, amenazando su sobrevivencia. De la misma forma el cambio climático, la contaminación, la falta de conocimiento, la falta de fiscalización o el incumplimiento de compromisos ambientales de la industria, son amenazas permanentes en los ecosistemas de la región. Discutir nuevas normas, fortalecer las capacidades, aumentar los recursos, redefinir los planes, deberían ser parte del debate de los actuales candidatos y candidatas.
El medio ambiente debería ser parte permanente del debate y planificación, de un concepto prioritario de desarrollo que genere identidad, pero por sobre todo un bienestar sustentable.