La Iglesia Católica de Magallanes ha dado inicio al período de Cuaresma con la celebración del Miércoles de Ceniza, realizada ayer en la Iglesia Catedral de Punta Arenas, una tradición que marca el comienzo de 40 días de reflexión, penitencia y preparación espiritual para la Semana Santa. Este año, la celebración ha tenido lugar el 5 de marzo, reuniendo a miles de fieles en iglesias de todo el mundo.
El Miércoles de Ceniza es un día de especial importancia para los católicos, ya que simboliza la fragilidad de la vida y la necesidad de acercarse a Dios. Durante la misa, los sacerdotes imponen cenizas en la frente de los fieles, acompañadas de las palabras: “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás” o “Conviértete y cree en el Evangelio”.
En su mensaje para la Cuaresma de 2025, el Papa Francisco ha destacado la importancia de caminar juntos en la esperanza y la conversión, invitando a los fieles a reflexionar sobre su relación con Dios, consigo mismos y con los demás. Este año, la Cuaresma se enriquece con la gracia del Año Jubilar, bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”.
Durante la celebración de ayer en la Catedral, el obispo de Magallanes, Óscar Blanco, quien presidió la celebración, expresó en su homilía: “Estamos en el pórtico del tiempo de la santa Cuaresma. Este año comenzamos en los primeros días de marzo, retomando nuestro trabajo en la sociedad civil, la pastoral en la Iglesia y los estudios en las comunidades educativas y centros de formación. El espíritu del Jubileo nos invita a lanzar el ancla de la esperanza con humildad, para continuar nuestro caminar juntos con esperanza”.
Blanco fue enfático en señalar que “no podemos quedarnos anclados en errores del pasado, en peleas egoístas, en promesas que defraudan… todo ello nos lleva a una apatía, continuos reproches y no avanzamos como sociedad y como Iglesia. Tenemos en nuestras manos un presente hermoso: la vida, la familia, las comunidades pastorales y educativas, una región grata para vivir y un futuro abierto a mil posibilidades para amar y servir a la gente que más lo necesita”.
Finalmente, la autoridad eclesiástica culminó su homilía manifestando que “son muchos los que esperan de nuestro testimonio de ‘buenos cristianos y de honestos ciudadanos’, para avanzar como sociedad más humilde, más fraterna, más solidaria y acogedora con los aportes que vienen de afuera y menos discriminadora. Pedimos a Dios ser una Iglesia y una sociedad más humilde y sembradoras de esperanza”.
Con esta celebración, la Iglesia Católica invita a todos los fieles a participar activamente en este tiempo de oración, ayuno y caridad, buscando fortalecer su fe y renovar su compromiso con la fraternidad y el amor hacia los demás.