Un fenómeno en Magallanes que ha llamado la atención de los especialistas es el creciente número de mujeres menores de 30 años, sin hijos, que optan por la esterilización quirúrgica como método definitivo de control de la fertilidad. El doctor Raúl Martínez Guzmán, médico jefe de salud de la Mujer del Hospital Clínico de Magallanes, analiza esta tendencia y sus implicancias médicas y sociales.
Un aumento significativo en la demanda de esterilización
“El año pasado, de 106 mujeres que solicitaron la esterilización quirúrgica, seis eran menores de 30 años y no tenían hijos. Si bien es un número pequeño en relación al total, es un hecho que hemos estado observando con atención”, explica el doctor Martínez.
Según el especialista, a estas pacientes se les informa sobre otros métodos anticonceptivos seguros y confiables antes de optar por la esterilización. Sin embargo, muchas toman la decisión de forma definitiva. “Nosotros cumplimos con nuestra obligación de entregar toda la información necesaria para que tomen una decisión informada. Una vez que lo hacen, no tenemos ninguna objeción que presentar y las ingresamos a la lista de espera”, señala. Actualmente, entre el 30 y el 40% de las cirugías programadas corresponden a esterilizaciones.
¿En qué consiste la esterilización quirúrgica?
La intervención se realiza mediante una cirugía mayor llamada salpingectomía, que se lleva a cabo por laparoscopía. “Se extraen las trompas de Falopio, ya que hay evidencia de que dejar las trompas después de una ligadura aumenta el riesgo de cáncer de ovario. Por prevención, se eliminan completamente”, explica el doctor.
El procedimiento dura entre 20 y 40 minutos y es ambulatorio. La paciente recibe el alta el mismo día y tiene una incapacidad laboral de entre 7 y 11 días. “Aunque es una cirugía segura, como cualquier procedimiento quirúrgico tiene riesgos, como infecciones, lesiones intraabdominales o sangrado”, advierte el médico.
Actualmente, en la lista de espera de 40 pacientes para esta cirugía, no hay mujeres sin hijos registradas, lo que indica que la demanda aún es limitada pero creciente.
Un cambio social y cultural
Para el psicólogo Enzo Arias, este fenómeno tiene raíces más profundas que van más allá de la medicina. “La familia ha cambiado, y hoy muchas mujeres optan por construir un modelo de vida sin hijos, ya sea solas o en pareja. Es una opción completamente válida que responde a proyectos personales como estudiar, viajar o desarrollarse profesionalmente”, comenta.
El especialista enfatiza la importancia de despatologizar esta decisión. “No se trata de una negación a la maternidad, sino de una forma distinta de concebir la vida y las prioridades. Es fundamental respetar estas elecciones sin juzgarlas”, concluye.
Una tendencia en medio de un país que envejece
El doctor Martínez también advierte sobre el impacto demográfico de la disminución de la natalidad. “En 2022 vimos un pequeño aumento en los nacimientos en Magallanes, pero en 2023 y 2024 la tasa volvió a caer, alineándose con la tendencia nacional. Chile ya no está en vías de envejecimiento, sino que está en pleno envejecimiento, lo que plantea serios desafíos para el futuro”, señala.
Este fenómeno, que mezcla factores médicos, sociológicos y económicos, abre un debate sobre cómo se está redefiniendo la maternidad y la familia en las nuevas generaciones. Mientras las cifras siguen en aumento, los especialistas llaman a analizar esta tendencia sin prejuicios y con una mirada integral.