La ironía se hizo presente esta semana en Punta Arenas, cuando un hombre de nacionalidad colombiana con dos órdenes de detención vigentes por lesiones fue aprehendido mientras se desempeñaba como obrero en la construcción de la nueva comisaría de Carabineros.

El detenido fue identificado como Eduardo Perlaza Aquino, quien, a pesar de tener un historial de antecedentes que incluyen maltrato de obra a carabineros de servicio, lesiones leves y falta de respeto a la autoridad pública, se encontraba trabajando en el proyecto de la futura dependencia policial en calle Ignacio Carrera Pinto. De hecho, una de sus causas pendientes se originó por agredir a un funcionario de Carabineros hace varios meses.

La detención de Perlaza Aquino se produjo de forma fortuita. Inicialmente, la sección Centauro de la Prefectura de Carabineros Magallanes realizaba un control de trabajadores en la constructora de la nueva comisaría. Esta acción se derivó de una investigación en curso por el secuestro de un taxista y el robo a un pub, hechos en los que el imputado principal era un sujeto proveniente de Valdivia. Durante este control, los efectivos policiales lograron establecer que Perlaza Aquino figuraba como prófugo de la justicia.

El sujeto fue puesto a disposición del Juzgado de Garantía durante la mañana de este jueves. Tras la revisión de sus causas pendientes, incluyendo el no pago de una multa, Perlaza Aquino fue ingresado a la cárcel. No obstante, su estadía fue breve, ya que al realizar la conversión de la deuda en UTM a días de presidio, se le abonó el día que ya había permanecido detenido en la comisaría, lo que resultó en su rápida liberación, la cual se produjo pasada la medianoche.

Este insólito suceso resalta la peculiaridad de cómo un individuo buscado por la justicia y con un historial de confrontaciones con la autoridad, terminó involucrado en la edificación de una de las futuras bases de la institución policial.