A veces la indiferencia se presenta en su forma más cruda. Durante el día miércoles, a pleno mediodía, la ciudad de Punta Arenas fue testigo de un acto que no sólo conmueve, sino que indigna: siete pequeños cachorros fueron abandonados en la entrada de la Dirección de Medio Ambiente, Aseo y Ornato del municipio. Apenas unos minutos bastaron para que una persona descendiera de su vehículo y los dejara allí, como si fueran objetos sin valor.
Las cámaras de seguridad captaron el momento, proporcionando evidencia crucial que ya ha sido entregada a la Policía de Investigaciones (PDI).
Para el alcalde Claudio Radonich, este hecho no es sólo una falta contra la ciudad, sino una grave irresponsabilidad hacia seres vivos que dependen enteramente del cuidado humano. “No queremos este tipo de situaciones. Las cámaras están cumpliendo un rol importante para dar con quienes actúan sin respeto por las normas ni por la vida animal”, expresó con firmeza la autoridad.
Mientras la investigación sigue su curso, los cachorros han encontrado resguardo. Recibieron atención veterinaria inmediata: fueron desparasitados, bañados y están bajo observación para garantizar su bienestar. La Municipalidad ha asegurado que, una vez completados sus protocolos de vacunación, estos pequeños encontrarán hogares responsables que les brinden el amor que les fue negado en sus primeros días de vida.
El médico veterinario Jorge Stambuk, de la Unidad de Tenencia Responsable del municipio, no dudó en enfatizar la gravedad de este acto. Abandonar animales no sólo es cruel, sino un delito que conlleva sanciones severas. “Nuestra prioridad es su salud, por eso seguirán bajo vigilancia antes de ser vacunados, chipeados y entregados en adopción”, señaló.
Hoy, el canil municipal alberga a 51 perros, de los cuales 35 esperan una nueva familia. En unas semanas, los siete cachorros también estarán listos para iniciar una nueva vida lejos del abandono.
Pero más allá de la pronta recuperación de estos pequeños, la Municipalidad de Punta Arenas hace un llamado urgente a la comunidad: no naturalicemos el abandono. Los animales no son objetos que se pueden dejar atrás sin consecuencias. Son seres que sienten, que dependen del cuidado humano, y que merecen respeto y protección.