Cada invierno, la influenza vuelve a ser protagonista en los centros de salud, en las salas de espera y en los hogares donde habitan personas vulnerables. Aunque muchos la subestiman, esta enfermedad puede derivar en complicaciones graves, especialmente en adultos mayores, niños pequeños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas. Frente a este escenario, vacunarse no es sólo una decisión personal: es un acto de responsabilidad colectiva.
En Magallanes, la campaña de vacunación contra la influenza comenzó el 1 de marzo de 2025, anticipándose a la circulación temprana de virus respiratorios en la región. El año pasado, más de 76 mil personas se vacunaron en la zona, una cifra récord que las autoridades esperan superar este año. Esta respuesta temprana no es casual: el clima extremo y la alta movilidad de la población en Punta Arenas y otras comunas hacen que la región sea especialmente vulnerable a brotes intensos.
Este año, además, se han implementado estrategias innovadoras para facilitar el acceso a la vacuna. Por ejemplo, más de mil trabajadores del sector construcción y sus familias fueron inmunizados directamente en sus lugares de trabajo, gracias a un esfuerzo conjunto entre la Cámara Chilena de la Construcción, la Seremi de Salud y el Servicio de Salud de Magallanes. Estas iniciativas no solo acercan la salud a la comunidad, sino que también refuerzan el compromiso intersectorial con la prevención.
La circulación adelantada del virus en la región ha encendido las alertas entre las autoridades sanitarias, que han reforzado el llamado a vacunarse antes de que el invierno alcance su punto más crítico. En un contexto donde los servicios de urgencia ya anticipan una alta demanda, cada vacuna administrada representa una cama menos ocupada, una complicación menos y una vida más protegida.