Las calles de Punta Arenas parecen haber sido olvidadas por las autoridades. Baches, grietas y desniveles son el pan de cada día para los ciudadanos que transitan la ciudad, esquivando peligros y adaptándose a una infraestructura que deja mucho que desear.
A simple vista, recorrer las calles de Punta Arenas es un ejercicio de paciencia y pericia. Los automovilistas deben sortear obstáculos, mientras los peatones enfrentan veredas deterioradas que ponen en riesgo su seguridad. No es un problema nuevo, pero sí uno que se ha agravado con el paso del tiempo y la falta de un mantenimiento adecuado.
Las condiciones climáticas extremas propias de la región sin duda afectan la calidad del pavimento, pero no pueden ser la excusa para la falta de inversión y planificación en el mantenimiento vial. Las lluvias, la nieve y el frío contribuyen al desgaste, pero en otras ciudades con climas similares se han implementado soluciones que han dado buenos resultados.
Más allá de los reclamos ciudadanos y de los intentos esporádicos por remediar el problema, la realidad es que la infraestructura vial de Punta Arenas necesita una intervención seria. El estado de las calles no es solo un tema estético o de comodidad; es un asunto de seguridad, movilidad y calidad de vida.
El deterioro de las calles no sólo afecta a los conductores y peatones, sino también al comercio y al turismo, sectores fundamentales para la economía local. Un visitante que llega a Punta Arenas esperando disfrutar de sus paisajes y su cultura, difícilmente olvidará los sobresaltos de un recorrido por calles llenas de baches. La imagen de la ciudad se ve afectada, y con ello la percepción de quienes podrían invertir y desarrollar proyectos en la zona.
Si la infraestructura vial sigue siendo postergada, las consecuencias podrían agravarse. No se trata sólo del costo económico de reparaciones futuras que serán más complejas y caras, sino del impacto en la seguridad. Cada bache representa un riesgo de accidentes, daños a los vehículos y posibles lesiones para quienes transitan la ciudad. Punta Arenas necesita una solución definitiva y sostenible, no simples parches que desaparecen con el siguiente invierno.
Es hora de que las autoridades tomen medidas concretas y devuelvan a la ciudad las calles que sus habitantes merecen.