La Comuna de Punta Arenas enfrenta un millonario revés económico y logístico tras el recorte presupuestario de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) de Estados Unidos. Esta medida obligó al retiro de los buques de investigación antártica que mantenían una presencia constante en la Región de Magallanes por cerca de tres décadas.
El ajuste presupuestario causó la retirada del buque antártico “Nathaniel B. Palmer”. Este hecho se suma al retorno, hace unos meses, del rompehielos “Laurence M. Gould”, poniendo un abrupto fin a la base de operaciones que mantenía Washington en Punta Arenas desde 1995.
El impacto para la economía local es significativo. El alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, recordó que la operación y presencia de ambas embarcaciones generaba alrededor de 6 millones de dólares anuales para la comuna.
“La presencia de ambos buques en Punta Arenas generaba unos 6 millones de dólares anuales para la economía local”, señaló el alcalde.
Los buques “Palmer” y “Gould” activaban una amplia cadena de abastecimiento y logística en la ciudad austral, que incluía derechos de muelle, suministro de combustible, alimentación, alojamiento y transporte aéreo y terrestre para el recambio de sus tripulantes y el gran número de científicos.
La decisión de la NSF se materializa pese a los esfuerzos de la comunidad científica. Durante el mes de julio, 170 investigadores polares pidieron a la NSF y al Capitolio reconsiderar la medida, advirtiendo sobre las graves consecuencias para la investigación en el continente blanco.
Ricardo Cárcamo, senior manager de la agencia naviera B&M y presidente regional de Asonave, lamentó la noticia, destacando que el retiro de los buques es una “muy mala noticia para Punta Arenas, y no hay un reemplazo claro”. Agregó que, si bien los científicos estadounidenses seguirán llegando, será en menor cantidad y sin un barco propio operando desde el puerto magallánico.
El fin de esta colaboración logística y científica de tres décadas supone un gran desafío para Punta Arenas, que deberá buscar nuevas vías para mitigar el impacto económico y mantener su posición como principal puerta de acceso al continente antártico.