El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó en una entrevista emitida la noche del domingo en el programa "60 Minutes" de la cadena CBS, que cree que los días del gobernante venezolano Nicolás Maduro están contados. No obstante, restó importancia a los temores de una guerra inminente contra el país sudamericano.
"Lo dudo. No lo creo", declaró Trump al ser preguntado sobre si Estados Unidos entraría en guerra con Venezuela. Sin embargo, al consultarle si los días de Maduro como Presidente estaban contados, el Mandatario republicano respondió: “Diría que sí. Creo que sí”.
Trump fue más evasivo al ser consultado sobre posibles ataques terrestres contra territorio venezolano. "No digo que sea cierto o falso, pero... (...) No me inclinaría a decir que yo haría eso. Pero no te voy a decir qué voy a hacer con Venezuela, si es que lo voy a hacer o no", respondió.
Previamente, al ser consultado sobre planes concretos de ataque, Trump señaló: "¿Hay planes de un ataque en Venezuela? ¿Quién diría eso? Suponiendo que los hubiera, ¿se lo diría yo a usted, honestamente? Sí, tenemos planes. Tenemos planes muy secretos”.
El Gobierno de Trump ha realizado en los últimos meses un importante despliegue militar en el Caribe, que incluye el envío de su portaaviones más grande, el USS Gerald Ford. Este despliegue es el mayor de su Armada desde la Guerra del Golfo.
Trump vinculó la situación de Venezuela con el tráfico de drogas y la inmigración ilegal de supuestos criminales venezolanos a su país. "El Gobierno de Venezuela envió miles de personas de cárceles, instituciones mentales, y adictos a las drogas”, afirmó.
La presión militar sobre Caracas ha aumentado pese a que Trump, y su secretario de Estado, Marco Rubio, negaron el viernes que Estados Unidos se esté preparando para atacar a Venezuela. Medios como Miami Herald y The Wall Street Journal, citando fuentes cercanas, aseguraron que Washington se prepara para bombardear instalaciones militares dentro de Venezuela.
Maduro, por su parte, ha denunciado en repetidas ocasiones que Washington quiere expulsarlo del poder y ha llamado a la parte estadounidense a renunciar a planes militares.