Alemania ha consolidado este miércoles un cambio de paradigma en su política exterior y de seguridad. El Bundestag (Cámara Baja) aprobó un paquete adicional de 50.000 millones de euros destinados exclusivamente al reequipamiento de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas), marcando un hito financiero desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Con esta inyección, el presupuesto total de Defensa para el año 2025 alcanza la cifra récord de 83.000 millones de euros. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, calificó la medida como una señal del "giro político" necesario para garantizar la paz en el continente.
El paquete aprobado contempla más de 30 grandes proyectos de adquisición, diseñados para modernizar todas las ramas de las Fuerzas Armadas:
Sistemas Antiaéreos: Compra de misiles y componentes para los sistemas Patriot, Arrow e IRIS-T.
Fuerza Aérea: Armamento de última generación para los cazas Eurofighter.
Blindados y Artillería: Adquisición de vehículos Puma, obuses y torpedos para la flota de submarinos.
Tecnología: Implementación del sistema de radar satelital SPOCK.
Personal: Equipamiento para una fuerza que proyecta expandirse a 460.000 efectivos militares y 80.000 civiles en los próximos años.
Bajo la gestión del canciller Friedrich Merz, Alemania ha acelerado el fortalecimiento militar, alejándose definitivamente de su histórica tradición pacifista tras la invasión rusa de Ucrania en 2022. Ante las dudas sobre si Estados Unidos mantendrá su rol como protector de Europa, Merz tomó la decisión estratégica de eximir el gasto en defensa de las estrictas reglas de freno a la deuda.
“Estamos enviando una señal a la OTAN y a nuestros socios: Alemania está liderando el camino. Estamos asumiendo nuestra responsabilidad en materia de seguridad y paz en Europa”, declararon desde el Ministerio de Defensa.
Estas inversiones buscan revertir décadas de subfinanciamiento y posicionar a Alemania como el pilar militar de la Unión Europea, cumpliendo holgadamente con el compromiso del del PIB exigido por la alianza atlántica.