En un hito para la ciencia polar chilena, la actual Campaña Antártica 2025-2026 concretó una de sus operaciones más ambiciosas: una expedición terrestre entre la Estación Glaciar Unión y el área de Patriot Hills, que incluyó el recorrido de un sector hasta ahora inexplorado de la Antártica Occidental.
La misión, ejecutada por la Unidad de Exploración Terrestre Antártica (UETA) en conjunto con el Instituto Geográfico Militar (IGM) y el INACh, recorrió un total de kilómetros. Los últimos kilómetros del trayecto correspondieron a un terreno nunca antes transitado por humanos, caracterizado por grietas profundas y baja visibilidad.
Para garantizar la vida de los expedicionarios, el equipo liderado por el Mayor Elías Figueroa utilizó análisis de imágenes satelitales de alta resolución para trazar una ruta segura entre las grietas. El desplazamiento se realizó mediante carros de orugas y motos de nieve, enfrentando temperaturas extremas.
“La importancia de realizar la planificación de la ruta radica en garantizar que el desplazamiento fuera lo más seguro posible, considerando que toda esta zona está cubierta de grietas de distinta magnitud”, explicó el comandante de la UETA.
Una vez en Patriot Hills, los especialistas del IGM realizaron labores críticas para la geofísica global:
Actualización Geodésica: Se revisaron placas instaladas sobre roca madre hace más de años (2004).
Monitoreo Continuo: Durante horas se obtuvieron coordenadas satelitales de alta precisión para comparar el movimiento de la corteza terrestre en las últimas dos décadas.
Procesos Glaciológicos: Según el Capitán José Valdebenito, estas mediciones permiten detectar deformaciones en el terreno asociadas al peso y movimiento de los glaciares, datos clave para entender el cambio climático.
De regreso en Glaciar Unión, se inició la instalación de una Estación de Referencia de Operación Continua (CORS). A diferencia de las mediciones estacionales de verano, este sistema permitirá registrar datos satelitales durante todo el año, incluyendo el crudo invierno antártico, permitiendo un análisis ininterrumpido del comportamiento del terreno.
Esta operación no solo fortalece la soberanía científica de Chile, sino que posiciona a la Estación Glaciar Unión como un trampolín estratégico para comprender fenómenos de impacto global, como el aumento del nivel del mar y la estabilidad de las grandes masas de hielo.