En medio de una intensa actividad diplomática para frenar la guerra, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, envió un mensaje de fuerza este miércoles durante una reunión con la plana mayor del Ministerio de Defensa en Moscú. El líder del Kremlin afirmó que su país alcanzará todos sus objetivos, incluyendo el control de los que denomina "territorios históricos rusos".
Putin condicionó el fin de las hostilidades a la vía diplomática, pero advirtió que, de no haber avances sustanciales con Ucrania y sus aliados, la resolución será estrictamente "por la vía militar".
Uno de los puntos clave del discurso de Putin fue la diferenciación entre los actores internacionales involucrados en las negociaciones de paz que lidera Washington:
EE.UU.: Saludó el "progreso realizado en el diálogo" con la administración de Donald Trump.
Europa: Lamentó la falta de entendimiento con los actuales dirigentes de la mayoría de los países europeos.
Presión para 2026: El Kremlin dejó entrever que, si las negociaciones no prosperan bajo los términos rusos, están preparados para extender el conflicto durante todo el próximo año.
Desde Kiev, el presidente Volodímir Zelenski reaccionó con urgencia a las declaraciones de Moscú. En su mensaje diario a la nación, el mandatario ucraniano llamó a sus socios, especialmente a Estados Unidos, a no ignorar las señales belicistas de Putin.
“Hoy hemos oído desde Moscú nuevas señales de que el año que viene lo preparan como un año de guerra. Es importante que nuestros socios lo vean y reaccionen”, enfatizó Zelenski.
Aunque Ucrania reconoció "avances" en las conversaciones sostenidas en Berlín con los enviados de Trump sobre garantías de seguridad, el nudo del conflicto sigue siendo la soberanía territorial. Zelenski reiteró que aún existen diferencias profundas respecto a las regiones que Rusia pretende anexionar de forma definitiva.
Mientras el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que Rusia espera un informe detallado de Estados Unidos sobre las conversaciones con los europeos y ucranianos en Alemania, la tensión en el terreno no cede. La comunidad internacional observa con cautela si la mediación de la Casa Blanca logrará destrabar las exigencias territoriales de Putin o si, como advirtió Zelenski, el 2026 será un tercer año de conflicto a gran escala.