Ante la circulación del subclado K de la influenza A(H3N2), las autoridades de salud han emitido una guía detallada para que la población pueda diferenciar esta patología de otras afecciones respiratorias. La clave, según los especialistas, reside en la aparición súbita de los malestares y la intensidad de estos.
La influenza A(H3N2) presenta un cuadro clínico que suele afectar a todo el organismo:
Cuadro General: Fiebre alta (sobre 38 °C), escalofríos, dolor de cabeza intenso y fatiga extrema.
Dolores Corporales: Mialgia o dolor muscular profundo que dificulta la movilidad normal.
Vías Respiratorias: Tos seca persistente, dolor de garganta y congestión nasal.
Diferencias según el paciente:
En niños: Es frecuente que se sumen cuadros gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarrea.
En adultos mayores: Los síntomas pueden ser más sutiles pero peligrosos, manifestándose como confusión mental, debilidad extrema o la descompensación de enfermedades crónicas previas (diabetes, hipertensión).
Es vital no esperar si se presentan síntomas que indiquen una complicación respiratoria grave, como neumonía:
Dificultad para respirar o sensación de falta de aire.
Dolor u opresión persistente en el pecho.
Cianosis: Coloración azulada en labios o uñas.
Desorientación o somnolencia excesiva.
Fiebre que no cede tras varios días de tratamiento básico.
El Ministerio de Salud (Minsal) enfatiza que la vacunación 2025 sigue siendo la defensa más eficaz contra el subclado K. Un diagnóstico temprano permite el uso de antivirales específicos que reducen drásticamente el riesgo de hospitalización.
Recomendaciones esenciales:
No automedicarse: El uso incorrecto de medicamentos puede enmascarar síntomas graves.
Aislamiento: Si tiene síntomas, no acuda a trabajar ni a lugares de estudio para cortar la cadena de transmisión.
Higiene: Lavado de manos frecuente, uso de mascarilla en lugares concurridos y ventilación de espacios cerrados.