La Corporación Nacional Forestal (Conaf) anunció una tregua en la implementación del polémico nuevo sistema de cobros para el Parque Nacional Torres del Paine. Originalmente previsto para el 1 de enero de 2026, el cambio de tarifas y categorías de acceso entrará en vigencia recién el 1 de mayo de 2026.
La institución explicó que la postergación busca atender las inquietudes de los gremios turísticos nacionales y regionales, quienes advirtieron el impacto negativo de modificar los precios en la mitad de la temporada estival.
El cambio radical del sistema radica en que las entradas ya no serán generales, sino que estarán asociadas a la capacidad de carga de tramos específicos del parque. Este modelo busca ordenar los flujos de los más de 367 mil visitantes anuales (cifras de 2024).
Las nuevas categorías de tickets se dividirán según el plan de viaje del turista:
Full Day: Para visitas por el día a los miradores principales.
Base Torres: Específico para el sendero hacia la icónica postal del parque.
Circuito W: Para quienes realizan la travesía de 4 a 5 días.
Circuito Macizo Paine (O): Para el recorrido largo que rodea la cordillera.
Para lo que resta de la temporada 2025-2026 (entre enero y abril), se mantendrá el modelo de venta de entradas vigente. Sin embargo, los turistas sí verán un ligero incremento debido al reajuste anual por el Índice de Precios al Consumidor (IPC):
Reajuste: Las tarifas subirán un 4,9% (correspondiente al IPC acumulado a marzo de 2025). Este monto se aplicará a partir del 1 de enero sobre los precios actuales.
Pese a la postergación de cuatro meses, el malestar en el sector privado persiste. Gremios como Fedetur y Hoteleros de Chile han manifestado su rechazo al "significativo aumento" de los valores finales que traerá el sistema de mayo. Acusan que la medida fue definida unilateralmente, sin considerar la pérdida de competitividad del destino frente a otros parques de la Patagonia argentina.
Por su parte, Conaf defendió la medida asegurando que los mayores ingresos permitirán fortalecer la dotación de guardaparques y mejorar la fiscalización y seguridad de los miles de extranjeros que visitan la "Octava Maravilla del Mundo" cada año.